Una de las tradiciones, y de las pocas, que mi familia tiene en Navidad desde que tengo uso de razón es comer sopa de queso por estas fechas y si se presta en la nochebuena mejor. Esta receta la aprendió mi mamá de mi abuela paterna y se me ocurrió tomar fotos al proceso, la verdad la sopa es sencilla, pero muy calórica por lo ingredientes: queso chihuahua, harina, leche y caldillo de jitomate.
Esta sopa de queso ha sido testigo de pleitos e intrigas familiares, mi familia paterna y materna son esa clase de humanos que si pudieran acuchillarse por las propiedades lo harían, pero también del espíritu de estas fechas, no todo el tiempo uno puede estar en guerra y muchos pasaron a un mejor plano.
Platicaba con mi hermana y mi mamá ayer, que la última vez que pasamos la navidad juntos de manera no virtual fue en el 2018, con la familia de mi amigo Cuevas, pero esta ocasión fue distinta por alineación de la luna, pudimos convivir con mi padre, quien padece de esquizofrenia, sin tener que lidiar con sus alucinaciones y comentarios inapropiados. Así con sopa de queso, pan, salmón y ensalada verde disfrutamos una cena y compañía sabrosa. Un poco antes de dormir a necedad de mi hermana terminamos viendo la película del grinch, y yo como uno, descubrí al final lo que el grinch, ese sentimiento de lo que es la saturnalia.
Sobre mis ojos carbones encendidos, desafortunadamente se quedó en Tepic, mas eso no quito que la cercanía gracias a la telemática fluyese.
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