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viernes, 1 de enero de 2021

¿El árido 2020?

Muchos coincidirán, y no los desmiento, que este año 2020 estuvo lleno de retos, tragedias y nuevas experiencias, una especie de reminiscencia a lo que fueran las pestes del pasado. Me viene a la mente un artículo que entrevistaba a una primatóloga sobre la perspectiva del ser humano en esta pandemia y me quedo con la sorna que hace sobre el título del famoso libro de Yuvah Noah de animales a dioses, cuando en realidad debería ser de animales a semi-dioses, ya que una pequeña partícula no viva nos puso y tiene de rodillas en muchos aspectos que hace un año nunca nos hubiésemos imaginado. Sin embargo no pretendo hablar del virus covid-19 que es tema más que extenuante y repetitivo, pretendo en cambio hacer un ejercicio de gratitud sobre este año saliente.

La tempestad de Willem van de Velde

Ayer en vispera del 2021 el "special one" en un discurso de fin de año habló de la obra de los pintores Neerlandeses del siglo XVII, en particular sobre como pintaban barcos en medio de la tormenta y donde dicha manifestación pictórica fungía como un recordatorio y una preparación de lo que uno debe enfrentar y de los valores de resiliencia y previsión, luego en un giro inesperado conectó dichas ideas con el ahora que uno cursa en esa tempestad económica, de salud y de otrora actividades que pareciesen muy lejanas.

Debe disculparme el lector, pues sus palabras fueron mucho más líricas que lo que plasmo en este párrafo, pero espero se entienda la idea a mi favor debo decir que me estoy congelando y el baunamometro no ayuda mucho con su lectura a mi tranquilidad: Año nuevo, presión alta nueva, en fin proseguiré.

Este año par sin dudas dejó diversas lecciones en términos personales sobre polvo eres y polvo te convertirás o sobre un día ríes y el otro día ya no estás, así en cierta forma este año muy al inicio me enteré de la terrible noticia de Nacho y otras personas que dejaron este plano con sus ausencias y reflexiones marcando las neuronas y trayendo de nuevo las preguntas sobre la existencia y lo fugaz que puede ser la vida, creanme que más que terrible recuerdo, dejan una huella honda de alegría no solo quienes ya no están, sino quienes comparten sus sentimientos sobre aquellos a quienes hacían el día a día.

Ya hablando a tono más personal sobre mi salud, mi talón de Aquiles genético, la presión arterial alta, se hizo presente tras una boda y haber bebido mucho con una jaqueca bastante terrible, medidas altas y quizás el recordatorio de que ya en el cuarto piso los excesos del tercero deben quedar como bonitos recuerdos, así que comencé el tratamiento para la regular la presión y mejorar estilos de vida, debo confesar que hasta este punto no fue perfecto, pero todo convergía bastante bien hasta que fui presa del terrible coronavirus y deje parcialmente dichos hábitos en parte por el cansancio de la enfermedad, la ansiedad. He de ser honesto y más allá del cansancio, la ansiedad y la anosmia afortunadamente no se complicó. Reflexionando sobre como pudo contraerlo, pues debo mencionar que pese a todos los cuidados: barbijos y distancia, al ser un virus tan volatil y contagioso puede ser relativamente fácil contraerlo, digamos que volvemos a la fría ruleta rusa de la peste, mas dentro de esta frialdad probabilística, afloró la certeza gregaria, el calor virtual de los "500 íntimos amigos"(y mi médico je), quienes calentaron este hipertenso corazón con su apoyo, enseñándome que las redes más que una tribuna de odio y narcisismo, pueden ser también una agora de delicados cantos y acercamiento, creanme, y eso aprendo, unas palabras pueden ser calma en la ansiedad y conocimiento del no yo, del ente gregario que somos los humanos, en ese sentido expreso mi profunda gratitud a todos ustedes que me escribieron algo o simplemente le dieron el famoso "me importa" o un "like". Gracias por estar tan cerca y tan lejos, espero que les hayan gustado mis desfiguros, retos y otras cosas, qué es la existencia sin amig@s.

Retomando la idea de oasis en este árido desierto de soledad y cuarentena, sin duda me topé con varios: la capoeira, el entrenamiento funcional y la danza barroca. 

Sobre el primero no es que sea este año quien me hizo descubrirlo, ya que me ha acompañado por más de 10 años recordándome día a día un sinfín de retos intelectuales y físicos sobre todo, mas ha sido este año saliente quien me ayudó a apreciar la comunidad bastante amorosa de amig@s y maestr@s, justo en la última clase de este año me vino a la mente el siguiente poema:

Oasis de capoeira
comunidad entera
sin duda pandemia
mas bela certeza
perto dos coracoes
 


Sobre el segundo oasis, en parte debo a Sombra negativo(por el pitazo y las clases) y a mi "special one" por incentivarnos y a veces forzarme a dedicar 30 minutos de un entrenamiento intenso. Recomiendo profusamente el que busquen "Train like nina" y se den media hora, sobre todo para quienes el sedentarismo es su pan de todos los días, conforme tiendan a la madurez nadie quiere ir arrastrando enfermedades.

El tercero fue precisamente la virtualidad, que nos forzó este año, la que hizo posible para mi, dados mis tiempos laborales, por fin tomar un taller de danza barroca impartido por la maestra Magdalena Villarán, como uds saben soy un fanático, bueno no tanto, bueno sí, de la música antigua y en especial de la música del barroco, una de mis largometrajes favoritos es le Roi Dans y el tener la oportunidad de entender la plástica danzística, conocer los pasos y forzar a mi torpe cuerpo a lidiar con ellos fue algo que agradezco en este año a la maestra Magdalena, espero se vuelva parte de mis rutinas venideras.

No es mi deseo extenderme en este ejercicio de gratitud -ya que la tripa cruje y el tiempo escapa-, pero respecto a perseguir la zanahoria, el tener de nuevo un equipo de trabajo a cargo es algo que me ha dejado dolores de cabeza, literalmente, pero también buenas experiencias y nuevas amistades, en ese sentido debe agradecer a mis camaradas de trabajo de este lado del charco(y del otro) y a mi jefe, por la confianza, por hacerme sentir una especie de Saitou Hajime 2199. 

Sobre hobbies o pasatiempos el origami (quien por cierto volvió a ponerme en contacto en cierta forma con mi primo Rafa) y los juegos de mesa han llenado mis tardes y en cierta forma debo agradecer los tutoriales que varios han subido. 

Y para no hacerla tan larga, mi especial agradecimiento a la comunidad salchicha, raz, rucahipnol, conejo, perro, rata, zorro, cerdosama, guajolote y pinguino por hacer más llevadera y bella la poca o mucha existencia o trance en este planeta, así como a sus respectivas parejas, herman@s y progenitores. .

A quienes han llegado hasta este parrafo les agradezco profundamente su amor-cariño y les deseo un año 2021 próspero, sin duda son parte de lo que es Alejandro o Saffog

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