Miércoles y sin agua.

Afortunadamente hace ya más de 12 horas que pude bañarme con el agua del tinaco de abajo que apenas se llenó. Unas horas antes discutía con el Lalaith Rauko sobre las posibles soluciones que se le ocurría sobre el problema de distribución de agua. Más allá de soluciones barrocas y antigüas como los remates de las górgolas que dan al centro de un convento y que llenaban una cisterna con el agua de la lluvia. Mencionó muchas posibles ideas como una planta tratadora de aguas residuales, cuyo costo, según él, sería menor al de producir un litro de gasolina, por poner un ejemplo. O aviones que sobrevolaran las nubes y que desplegaran ciertos químicos que hicieran factible la precipitación de agua, incluso la disposición de alcantarillas especiales cuya recolección de agua tuviera por destino el mar o alguna planta tratadora de aguas blancas. Llegó incluso a mencionar en analogía al premio que ofreció la ciudad para aquellos investigadores con un trabajo interesante sobre la influenza porcina, se hiciera uno para el problema de abastecimiento y recuperación de agua en el D.F. También mencionó que podría o debería usarse el Instituto Mexicano de tecnología del Agua, incluso este instituto en su página web tiene referencia a un micrositio informativo respecto a la "escasez de agua". Sin duda la plática con el Ger abríome el panorama, también aumento mi enojo o decepción, me pregunto si las personas que toman decisiones tendrán en cuenta la tecnología que no necesariamente debe ser extranjera para resolver el problema de nuestra ciudad. O esperaran a que se mediatice el asunto y en pompa y circunstancia traigan al experto extranjero a que nos diga y eduque a nosotros bárbaros ignorantes.

Retomando, son ya 3 días de pérdidas para el restaurante de mi madre y hermana, vienen muchas cuestiones a mi mente, entre tantas el debate privado o publico, es decir, si en realidad el gobierno tiene la obligación o no de proveernos de agua, si será conveniente y muy costosa una cisterna, si, quizas, en lugar de programar, debería de aplicar mis conocimientos en la colaboración de la solución del agua. Parte, muy insignificante, de la mañana estuve leyendo sobre Suecia y la universidad de Estocolmo, quizas un posgrado sea el camino, bueno tengo claro que el camino es un posgrado. Si he de envejecer por algo, al menos debería ser por una causa chida para la sociedad y no por enriquecer una runfla de capitalistas. De toda suerte vivo aún con mis padres y no tengo la capacidad económica para vivir en un lugar de mi agrado. Y aun cuando la tuviera, sin duda debe uno conocer el mundo y dar algo a cambio o no. Son esas las ideas que me han revoloteado en el caminar de Apolo al cenit.