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sábado, 14 de junio de 2025

Mestre y saudade

En esta semana cumplió años nuestro querido mestre Cigano y aprovechando las facilidades del caralibro en navegador de la laptop me topé con unas fotos muy interesantes y que me dan saudade de la boa. 

Empecemos con esta foto, pues vemos en ella los primeros años de Yubá, el espacio de Novi, que ahora ya no sé si es de él o lo transfirió a Soldado y Carnetina, vemos a Malva aún con pelo, lo mismo que César aún siendo novio de Kumari. Izcoatl como sempiterno vampiro, Mestre Mola, que en ese entonces no era mestre, Tuti, Arcoiris, Lalo cineasta a lado de mi, otro compa que se encuclillado que sé que hace mucho ciclismo y es prociclista, otro compa de pants verde que lo recuerdo de mucho tiempo entrenando, pero que irónicamente no recuerdo su nombre y yo en playera blanca y pants gris. La foto fue tomada por Aiko, hermana de Yuriko, una amiga matemática del ITAM, que fue esposa de Tarántula una de las personas con las que empecé a aprender capoeira hace muchos años atrás. La foto del 2016 gira en torno a un entrenamiento-visita de Mestre Mola, biólogo, profesor de educación física, de esos hombres estrictos. La nostalgia me invade al saber que parejas se acabaron, otras se consolidaron, ahora Yubá, un espacio que recuerdo Novi me había dicho que se logró por la herencia que le dejó su papá para operarse los ojos, sigue vivo como espacio, pero en otras manos. En el fondo en mi miope visión me hubiera gustado que se hubiera consolidado con Novi, pero muchas veces las empresas son difíciles, empresas como proyecto me refiero, no como negocio, y más si se atravesó un momento difícil como intuyo pasó con Novi tras el rompimiento con Nana, sin embargo la vida sigue y Yubá ahora fluye con Carnetina y Soldado. Novi rehace su vida con una chica Colombiana muy fit y Nana sigue con los tatuajes. 

Esta otra imagen es del 2017 y sucedió en el estudio de la roma, llamado odara Roma, vemos varios incansables de la capoeira, Mestre Cigano casi al centro, junto con M. Rosita y M. Kawil, como dos pilares que sostienen la estructura que representa Adolfo Flores, el mestre, Contemplo desde atrás sonriendo y ahora sonrío al saber que el buen mestre cumple años e incólume. Algunas caras se volvieron papás, dejaron CDMX.

Finalmente esta foto del 2019 en un año donde la gentrificación no agudizaba en la Roma y en la Condesa, en el famoso parque México, en esa ágora donde pareciera que hubo otra civilización, donde las bugambilias trepan ofreciendo su purpureo cobijo frente al sol, una foto un año antes de la pandemia que cambió destinos, políticas, desató mercados, exilios, la saudade es sobre una ciudad que ya no existe y que ahora se me hace irreconocible. 

Debo confesar que esta semana o mejor dicho la siguiente semana regreso a CDMX por temas de análisis en parte, en otra para retomar mi estatus de paciente en el Salvador Zubirán, ya que por cierta cuestión que me pasó en Abril en el IMSS, concluí que ser usuario de INCMSZ es una oportunidad que no debo desaprovechar, ya saben el IMSS a veces mata o discapacita por ponerse uno muy pesimista, en otros casos es burocrático siendo optimista. Esta confesión obedece a que en esos años me sentía muy cómodo con mi salud, algo que no siento desde que el año pasado empecé con el intestino irritable y que cierto análisis hace algunos meses no me dejó muy a gusto, pero bueno estoy siendo dramático, la verdad es que hago ejercicio sin problemas y otras cuestiones, sin embargo mi mente se ha vuelto un poco más débil o más ansiosa. 

Por cierto, el jueves tuve oportunidad de cantar un para bens para el mestre y me agradó algo que Ana Roiz, una amiga de capoeira, le publicó por su onomástico. En el fondo más que saudade es agradecimiento por guiarnos en esta familia que es Longe do Mar, me viene a la mente muchas dificultades, que no narraré, pues hace sentido reflexionarlas, pero no escribirlas, también muchas alegrías que nos has dado y sorpresas. En clase canté la ladainha de colega velho, pero creo que mejor hubiera cantado uno de tus poemas favoritos de Leon Felipe:

Todos somos marineros,
marineros que saben bien navegar.
Todos somos capitanes,
capitanes de la mar.

Todos somos capitanes
y la diferencia está
sólo en el barco en que vamos
sobre las aguas del mar.

Marinero, marinero;
marinero... capitán
que llevas un barco humilde
sobre las aguas del mar...
marinero...
capitán...
no te asuste
naufragar
que el tesoro que buscamos,
capitán,
no está en el seno del puerto
sino en el fondo del mar.


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