Justo hace dos meses ocurrió un parteaguas para ti y lo siento tanto, no imagino esa partida, claro que nos aterra dejar de existir, volverse de nuevo carbón desdoblarse e integrarse a la tierra y continuar como materia inerte en ese viaje por el cosmos, pero una cosa es comprender y otra sentirlo en cerebro propio.
Tu silencio y tu hastío lo entiendo, qué sentido tiene estar en un mundo que pocas ilusiones aparentes nos ofrece y más si llevas tiempo con la chispa apagada, el corazón late, pero está muerto, no imagino esa situación, no imagino no tener esa chispa para crear ilusiones o fantasías que hagan seguir adelante. Para colmo la ausencia de dicha chispa llegan otros problemas como el dinero, terrible instrumento motor de todo en nuestra época, y la falta de cumplir con obligaciones que después de la partida parecen tontas o intrascendentes. Te diría la vida sigue y te estas afortunadamente o desafortunadamente vivo. ¿Qué pensaría aquella persona que te dio la existencia al ver que quien meció en su regazo pareciera que no se mueve más? Es una pregunta retórica, pues ni tú, ni yo sabemos, solo podemos poner voz en su ausencia y más tú que yo.
Lo único que me queda es gritarte: ¡levántate, tu vida no es solo tuya, sino nos pertenece a todos quienes hemos contribuido en algo!
Mas lo dejo en el pasado, por que sé que estás mudo, quizás no me había percatado que estás muerto en vida, ahora me queda llorar mi pérdida y pensar en los buenos y malos momentos, será triste ya no convivir con vos, pero aún el Otoño o Invierno de la existencias, aún con su falta de verdes briosos es bello observar esos colores rojos y amarillos, sentir ese frío y ver las ramas marchitas sin hojas.
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