Enjuto en un auto, así transcurre tu día a día, caminando con la pesadez de un árbol a finales de otoño agitado por la tormenta invernal.
Con la mente dispar y la incomprensión de la enfermedad que altera realidades, así años de conversaciones sin sentido, sin cabos, sin llegar a algún lado. Cumpliste 30 años más que yo y en la paranoia de esta pandemia, solo un saludo desde lejos, un poco de pastel y al heroe inmortalizado de Puebla en tu cartera.
Mi enojo iracundo hacia el escándalo tu herencia neuronal y con ella la olvidada práctica de inventar vericuetos en esta bitácora. 71 años y en parte soy tan parecido y en otras cosas tan distante, quizás no comparto vida con una nereida como hubieses deseado, mas si con un adusto sátiro, no lo comprenderás, como yo no comprendía tu gracioso transvestismo. Aún así escucho "mother" y me acongojo como tu lo hacías cantando tan libre y dramático. Feliz cumpleaños padre.
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