Teme, teme el oráculo
Huye, huye el obstáculo;
mírale a ti, si, si,
y créeme a mi.
Que quien siguiéndote
quiere, perdiéndote,
verte expectáculo,
finge adorarte, y quiérese a sí.
Un dólar ha bastado para no dejar mis cosas y embelesarme con esos negros ojos carbones dictando movimientos. Las últimas páginas del color prohibido se deslizaban entre mis dedos y el desenlace me impresionaba tanto como la aparición de la belleza tan referida por Shunsuke en sus últimos momentos, quien presa de tal decide llevarse consigo el último placer del reencuentro plasmado en una alegórica batalla de ajedrez.
En venganza, y en furor
se verá el mundo abrasar.
arder,
fallecer,
temer,
suspirar,
en varios afectos de furia lidiar.
¡Vuele todo el aire, vuele!
¡Como libre yo a Semele!
¡No lo has de poder lograr!
¡Sí lo he de poder lograr!
"...En cambio, la belleza se encuentra siempre en este lado. Está presente en el mundo, es tangible. El requisito indispensable de la belleza es que nuestra sensualidad pueda saborearla, Así pues, la sensualidad es importante, ya que identifica la belleza..."
"...Aquello que, pese a encontrarse en este lado, no es posible alcanzar. Puede que esta definición te convenza. La belleza es la naturaleza en el hombre, la naturaleza situada en condiciones humanas. La belleza es lo que, si bien se encuentra en el hombre, lo limita y le opone una resistencia más profunda. Debido a esa misma belleza, el espíritu no tiene un solo momento de respiro..."
Son dos párrafos del capítulo titulado como apoteosis, donde Shunsuke ve a la belleza hecha Yuichi. así mientas las hojas fluían, sin entender bien el concepto de belleza ha aparecido ante mi tal con sus ojos color miel y sus rubicundos cabellos, la piel cuan leche.
¿Es una musa tímida hablándome?
¿Un oráculo del sinsabor?
-Giselle- dijo, mientras taimado veía el camión alejarse, quizás sea el destino que me ha atado y me ata o yo me ato. La belleza tímida en sí, mas no en su comportar, así el cielo azul, se vuelve oscuro, casi gris, mientras ella parte rumbo a Bowness. Giselle de pensativos ojos: Si las lilas florecieran de este arbusto, sin duda con su aroma te perfumaría, mas un adusto oyamel cuyas hojas susurran sobre la belleza, mientras esta parece manifestarse cada noche con sus ojos carbones.
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