Justamente hace un par de horas un amigo cuyo destino es parecido al de la chica Danesa, por su situación y por la de su esposa, terminaba su doctorado y lo celebraba. Hace unos cuantos días mi estadía en lares tan boreales me ha generado dudas en particular respecto a la capoeira, sustento y uno de los pilares de mi existencia. Tal vez por que en cierto punto la euforia que me caracterizaba después del entrenamiento se ha ido diluyendo.
Tengo muchos sentimientos encontrados, tan encontrados que me han llevado a pensar que definitivamente mi destino no es en las tierras Canadienses. Su deslumbrante orden pareciera estar vacío, sin espíritu, quizás todo sea perfecto, pero empezando por la comida y pasando por las sonrisas, la cultura, pareciera fría. Obvio la mayoría de mis amigos cercanos, familiares, colaboradores viven en la tierra que ha dado palabras tan hermosas como apapacho, chilaquiles, alegría por el baile, el ruido, la música: vida en general. ¿No es irónico que muchos deseen venir a estos lares insustentables? Quizás sea el arraigo: "...nunca abrí los ojos hasta que me fui a estrellar..."
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