que en la roja hoja del maple vuelas
no olvides que eternas muecas
me atraviesan el corazón
pocas tristes, casi todas gratas
las más sonrisas, por que cuando
el banff de carmin tiña
me incendiaras la razón
y loco de emoción te riña
en el cuadrilatero
ahora acongojado,
pues quisiera a miles de pies
quemar mis orbes en tus ojos
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