Curiosamente llegó su olor, un olor distinguido finura en su cara, uniose a nuestra travesía en busca de perder nuestras pupilas. Veníamos de un fracaso rotundo, tal vez la suerte nos depararía un mejor augurio en el lar cercano a la Diosa cazadora, mas de nuevo una cachetada dada por la huesuda mano de Cronos. Nuestros pies comenzaron a crujir el pavimento rumbo al rio de los lobos, suponíamos que habría un lar en el cual posaramos nuestros ojos y descansaramos las asentaderas.
La poesía en movimiento expresaba lejanos paisajes, era escuchar eso o huir en búsqueda de la hora del asesino. Gentil, cuya fijación es cercana a las nereidas ofreció un regalo divertido. Despedímonos, yo absorto, y emprendimos la escalada al lar que ofrecíanos el placer de escuchar y ver paisajes hermosos, desolados. Adentrarnos en vidas desolados con gansos asados, un final parricida, aunque en estricto sentido no era. Maizales y una mano curiosa, expectador y expectado, chistoso, creo. Volamos a la mesa de la pagoda, carne, café con leche y finalizar con el sueño de Morfeo, no sin despedir bouquets golpe vs golpe.
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