En sólo un instante llegué a mi trabajo, podéis creerlo. En todo lo que llevo trabajando este año es la primera vez que llego antes de las 9 horas habiendo salido de mi casa a las 8.30 horas. El trafico fue una alucinación pasajera para asustar a feligreses cristianos. Sí, imagino al padre Sánchez leyendo: Hay de uds. por que vendrán tiempos - mientras el padre aumenta el tono de voz de manera diabólica- en donde es más facil que una troka pase por Constituyentes a las 8.45 que un rico entre al cielo. Arrepiéntanse, crean en el evangelio y donen el 10% de su dinero a la iglesia santa católica, romana, apostólica, etc.
Como os decía el tráfico fue nulo, el rubio caballero brillo en todo su explendor - no estoy describiendo el cielo - y v. servidor feliz salvo por la rutina telefónica de chantaje y destrucción que ejerce mi demiurgo todos los días.
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