Palabras menos de nuevo viene de visita uno de mis tíos cuyas intenciones no siempre son claras, antes me daba contento que viniese, pero tras cierta situación ya hace varios años, me causa ansiedad el que pise las tierras del Anahuac. Una buena parte es por que en el fondo sé que viene a gentrificar a mi madre y a mi hermana y de paso mi padre. Así en un derecho que no se niega, pero que no por ello deja de parecer abuso trae toda la intención de rentar la sala que da a la calle y con ello inaugura la toma poco a poco de la casa que mi madre ha vivido buena parte de su vida.
Abuso por que en el fondo no es que se vaya a hacer más rico con una casa en CDMX, ya que tiene varias en USA, sino es esa situación de relación asimétrica donde mi madre con su economía rala depende de la casa y no tiene otro lugar a donde irse a vivir. Vender una casa para quien no depende de dicha casa para vivir no es lo mismo que para alguien que vive en la casa.
El vientre me duele en cierta forma por somatizar la incapacidad para hacer frente a la realidad aplastante de quien es ciudadano de primer mundo versus ciudadano de tercera, así en un pensamiento catastrófico imagino en conjunto cayendo más en la pobreza, mientras alguien de por si ya rico se vuelve más rico.
Esos son los golpes que hacen a uno darse cuenta de que el mundo es de los fuertes y los hideputas sin escrúpulo. Espero que mi tío no resulte ser como el hermano de mi padre, un grandísimo de esos, trato de ser optimista.
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