Antes de que se me vaya esta reflexión por la chamba que se viene como un temporal, ayer fui a entrenar capoeira con Novino, una de las cosas que me llamó la atención fue ver a un par de padres entrenando junto con sus hijos. Al final de la clase me tocó salir al mismo tiempo que uno de los camaradas capoeiristas y su hijo, las escenas se me hicieron muy tiernas.
--Adios foguechi-- grité mientras cerraba la puerta.
--Adios cuídate-- respondió con una impresionante soltura el niño mientras se encaminaba con su padre, su padre más serio se despidió a lo lejos y en la oscuridad de la calle emprendieron camino.
Muchos hablarán de padres desobligados y demás basofía, como tantas otras basofias humanas, pero personalmente me gusta pensar y agradecer a nuestros padres por hacer un esfuerzo sobrehumano por crear una burbuja de inocencia en esos tiernos años en los que uno cree que ha llegado a un edén humano.
Justo antes de cambiarme me senté un rato en las gradas para descansar del entrenamiento. Poncho se acercó a platicar y en algún momento mencionó la ausencia de su padre, en cierta forma me dieron ganas de darle una palmada más calida en la espalda y decirle: ánimo cabrón, todavía no entiendo por lo que pasas, pero seguro lo entenderé cuando ya no esté mi padre.
Así pienso en él, quien con su esquizofrenia hizo lo posible por crear una burbuja, aunque no siempre fue perfecta, mas qué puedo reclamar, sino agradecer. No dudo que Poncho o Novino, tengan ciertos recuerdos intensos sobre quienes aportaron la Y en el genotipo y el caracter en el fenotipo. En mi caso "mother" de John Lenon es sin duda la indeleble huella que dejará mi padre, entre tantas otras.
Sobre mi, he llegado a la edad en que un sentimiento de tristeza me embarga, pues mi preferencia no me permitió tener un hijo a quien enseñar lo bello y terrible que es este mundo. Si el estado lo permitiese de una manera más sencilla, sin duda me gustaría ser como un tío de algún niño, pero creo que no es la época ideal para ese comportamiento, quizás en unas decadas sea diferente.
Mas no he de ser derrotista, sin duda hay cabida en esta colmena humana para trasmitir conocimiento a las siguientes generaciones, aunque uno no sea padre biológico.
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