Algo curioso que me topé en la ciudad de los otrora palacios es el precio altísimo de los departamentos, me recuerda la locura que trasmite don't look up. La ciudad a mi gusto se ha vuelto un cúmulo de muchas cosas salvo calidad de vida:
En cierta forma me duele en el alma ver lo horrible que se ha vuelto la ciudad: un chingo de concreto, tráfico, contaminación sonora y del aire. Precios exhorbitantes, hacinamiento... Pero aún con eso la ciudad regala postales interesantes.
Cuando en esfuerzo impresionante se limpia y se obsevan los cerros que rodean esta megalópolis.
Me despido ciudad de los otrora palacios para no volver a tu caos.
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