Uno de los objetos que más fácilmente se hacen obsoletos son las computadoras. Hace casi dos meses disfrutaba la computadora que a bien Ernesto me dió cuando en un giro de holgazanería la halé de más y al día siguiente el cable que alimenta la corriente empezó a fallar. Unos cuantos días después tendría que partir y entregar software a la empresa para la cual trabajo, así que llevarla a arreglar a Acer en el DF se complicaba, posteriormente ya en tierras Canadienses la computadora no cargaba la batería y suponía que en el jalón había hecho algún destrozo al conector o al cable de corriente. La lleve a geek squad, en best buy, y tras un ligero análisis el dependiente me dijo que no era el cable y que seguramente sería un problema con el jacket, la compostura llevaría dos semanas y el chiste me saldría en 250 dólares. Con un poco de pesar, pero resignado, pues es mi herramienta de trabajo acepté y despedí mi lap top. Afortunadamente el chuleta me prestó su laptop y después de instalar y sufrir el drama de componentes de software no versionados pude incorporarme a la vida laboral rehaciendo funcionalidades y generando bugs. Pasaron dos semanas y no recibí llamada alguna, así que fuí a best buy y me notificaron que el jacket no se podía cambiar y que tendrían que cambiar la tarjeta madre por otros 400 dólares extra. Mi primer cuestionamiento fue cuándo me iban a notificar para autorizar eso y aprovechando los consejos de un amigo mexicano que trabaja en best buy decidí cancelar dicha reparación y esperar otras dos semanas para que me devolvieran mi lap, pues una de las desventajas de vivir en este rancho llamado Calgary es que casi todo lo hacen en Toronto o, al menos, las reparaciones de equipo de cómputo, como si Toronto estuviera a la vuelta de la esquina.
Finalmente me regresaron mi laptop y el dinero, me puse a buscar videos para desarmar Acer en youtube y la pieza. Ayer forzado un poco por el hecho de que el chuleta se lanzó a Staples, Home depot y demás lares donde vendan herramienta, compré unos desarmadores de precisión abrí mi computadora, corroboré lo que sospechaba: el cablé que conectaba con el jacket, el negativo se había desoldado, estaba safado y como pude pelé los cables los volvi a conectar, un poco de cinta y voilá mi laptop de nuevo funcionando. El costo total de la reparación 9 dólares que costaron los desarmadores, mi mano de obra y la asistencia del chuleta.
La moraleja es que por ignorancia casi desembolsé 650 dolares y con un pésimo servicio salvo por el detalle que me devolvieran mi dinero y eso por que quien me atendió fue mi amigo mexicano. Sino tal vez hubiera perdido los 250 dólares de la reparación falsa inicial.
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