He dejado a mi padre en Londres y Génova bajo la lluvia, pese a que me sugirió lo esperase unos minutos decidí partir y no esperarlo. El hilar de Cronos transcurre minuto a minuto y no hago nada, ni haré nada, simplemente estaré detrás de un monitor viendo el mundo virtual que la red me ofrece. Tendré contactos virtuales, veré fotos virtuales, jugaré ajedrez con personas que no conozco y escribiré para personas que no veo y no sé si son simples sombras de una alegoría o yo soy la sombra de una alegoría extraña. Revisando mi correo como una y otra vez lo hago, aunque no haya mensajes nuevos, ni nadie responda, encontré un mensaje de Isadora. Me pregunto si Isadora sabrá quien soy, sabrá que estudié matemáticas al igual que ella, sabrá cual es mi verdadero nombre, sabrá que tengo una hermana que se llama Lilián, una madre cuya nombre es Soar, un padre cuyo homónimo es Gustavo o incluso tendrá conocimiento de esta bitácora. La respuesta a ese tiempo exótico sobre el verbo saber es lógica, no lo sabe, ni yo sé nada sobre su existencia, estamos a mano, ja. Obstante me convoca a que piense y reflexione sobre un posible fraude de las elecciones pasadas. Ridículo, como toda alegoría que he vivido, agradezco su entusiasmo y su deseo por hacer reflexionar a otros seres humanos aparte de su persona, mas es una oferta que he decidido rechazar. El motivo debese a que no tengo ilusión sobre este país, ni sobre las personas que pisan este cacho de mundo llamado México. Si las elecciones son fraudulentas son un simple trámite o una simple vivencia, pues al final todos caerán bajo el manto de somnoliento de la muerte. Ilusión, suena tan simple y tan fuerte, ilusión, un sentimiento que seguramente muchos aderezados a la política recta y la democracia tenían, antes de contemplar con sus pupilas archivos, correos y mil razones sobre el factible fraude. Ilusión es la que sus oidos escuchaban todos aquellos que se reunieron en el zócalo con su amado lider. Me pregunto que será de su existencia ahora que esa ilusión ha sucumbido ante la cuchilla del fraude y quienes aman a Fecal. Venga Isadora, ilusionate sobre el México que deseas, supongo que ha de ser cálido sentir el placer del objeto amoroso platónico, sea este un Dios, una lider, una democracia, un concepto, es algo que yo ya no siento. Obstante gracias por tu correo, aunque no sepas quien soy o que soy, ni yo mismo lo sé.
Irónico y contradictorio, pero siento un ligero calor humano, será ilusión o simplemente una alegría efímera por un soplo, un correo electrónico me ha inspirado a escribir.
Instantes después vuelvo a leer mi correo de yahoo y leo la mayoría de los mensajes enviados por Isadora, Ignacio, Ana Lourdes, Ramon, Ximena y Rafa. Se me ha dibujado una sonrisa en el rostro. Bueno aunque sea sombra de sus palabras y existencias, me da alegría saber que luchan y desean discutir. Me llena de contento saber que existen humanos con ilusión y esa necesidad de comunicar lo que piensan, mil veces ser sombra de tales, que imagen de quienes el silencio es su por qué.
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