"Omnia flumina pergunt ad mare, et mare non redundat; ad locum, unde exeunt, flumina illuc revertuntur in cursu suo."
En estos días hemos sido testigos de como uno de los jinetes del apocalipsis cabalga a rienda suelta, nuestro conocimiento nos sorprende, al menos a mi, sobre como un elemento microscópico que no está ni vivo, ni muerto puede acabar con una galaxia entera, haciendo el simil de proporciones. El coranovirus de Wuhan o covid-19 es una enfermedad respiratoria bastante cruel ya que en algunas personas inflama los pulmones al grado que no pueden absorver suficiente oxígeno y la persona colapsa. La ciencia médica intenta atrasar dicho colapso entubando a las personas, pero es un volado con la probabilidad de una cruz casi en 0.8.
Hoy me he enterado que mi prima Ruth ha fallecido víctima de esa inflamación derivada del ataque del virus, mi prima era una persona risueña con tres hijos, luchona, se desempeñaba como enfermera. Debo de confesar que no eramos muy cercanos, tampoco muy lejanos, ocasionalmente nos veímos bajo el pretexto de que algún tío de USA venía de visita al Chilango y es así como la recuerdo, con sus hijos, Jean, Sharon y su hijo de dos años.
La vida, sin duda, es cruel y hermosa, cruel por que tu profesión te puso en riesgo, terminaste contagiándote y en un parpadeo tu salud se deterioró, hermosa por que tu sonrisa era una brisa fresca en un día de algún cálido verano.
Me duele pensar que no pudiste despedirte de tus hijos, ni de tu madre, hermanos, tu padre, tus amigos... me pregunto si en la inconsciencia de la hospitalización habrás soñado con que acurrucabas a tu hijo pequeño, sonreías al ver orgullosa a Sharon casi una señorita y al enorme Jean, centrado como buen primogénito.
Quizás habrás soñado que en la casa de la 7 cocinaban un delicioso chicharrón de hueva de pescado con otros primos incluyéndome, tías y tíos, tu mamá, la Sra Karen; mi mamá comiendo huitlacoche, mi tío Ernesto, quizás hasta tus otros hermanos de Utah, Tampico y Mireya.
Ojalá hayas partido de este mundo con un sueño hermoso querida Ruth, ya que el corazón se me agüita por tu partida antes de tiempo, ojalá el polvo que ahora eres termine siendo de alguna forma arena blanca y tu espíritu el oleaje tranquilo acariciando los piés de tus nietos, susurrando aquí estoy y los amo.
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