Ayer sentía como el frío del glaciar me quemaba el rostro, desprevenido y quizás no llevando las capas de ropa adecuadas, dado que es verano en estos lares, no evitó que contemplara su majestuosidad y en parte compartiera cierta tristeza al contemplar como se ha contraido este glaciar en 100 años. Justo veo este corto sobre la abuela grillo y la lluvia, reflexiono la obsesión por el dinero a grados completamente enfermos, la estupidez humana no tiene límite creyendo que puede controlar la naturaleza.
Athabasca Glacier
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