Quizás por cuestiones aleatorias en mi existencia y otras no tanto esta Saturnale la pasé lejos del lar que me vió nacer. En estos últimos días del 2014 reflexiono sobre muchas cosas y la vida en sí, ahora con un moretón que literalmente fluye en mi brazo derecho, me enseña que no hay que desdeñar por muy pequeño que sea el detalle. Sino cuando menos uno lo espere tendremos efectos nocivos y terribles como los 43, una panza enorme, la vida que fluyó muy rápido, una computadora rota, etcétera. Sin duda no cejo en agradecer a quienes me han hecho confortable este año y espero haya contribuido a su felicidad en las mejores de las medidas.
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