Lo más patético es que los senadores que se supone deben discutir los puntos de vista hayan terminado abandonando el pleno, en lugar de defender o contrastar la postura. La senadora Sansores tienen un discurso inflamado y pareciese que por su boca fluye el espíritu de un pueblo que está harto.
El miedo se convierte en coraje y el coraje en valor para seguir luchando.
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