En esta visita relampago comenzando con la sorpresa a mi hermana el día de su cumpleaños, la playa, reencontrarme con el gigante tranquilo, pasando por un buen masaje, resfriado, reunión de videojuegos, visita a Querétaro por cuestiones de trabajo, comer y terminando por saudade.
Me queda un sabor de boca muy chido, me siento muy amado por mi familia y mis amigos. Debe de agradecerles a cada uno de ustedes su cariño, por que tal es un bien más alla de todo valor, las sonrisas, las conversaciones, los nuevos amigos, los viejos amigos, sin duda es algo que precio y agradezco mucho al demiurgo, pero en particular a cada uno de ustedes. Sé que no me dio tiempo para convivir lo que quisiera o incluso algunos otros amigos no tuve la oportunidad de siquiera saludarlos en vivo, pero ustedes saben que ocupan un lugar en mis neuronas y generan una excitación alegre.
Curiosamente en este semana coincidí con el 16vo encuentro nacional de capoeira de longe do mar y aunque por cuestiones de trabajo no tuve oportunidad de asistir desde el jueves, si pude disfrutar maculelé y puxada de rede muy "sui generis", siendo la cereza del pastel el disfrutar beber y bailar con los camaradas-amigos de capoeira. Es en estas últimas líneas donde quiero detenerme y hablar un poco de Rogelio Villanueva, este cabrón capoeirista si me preguntan que recuerdo de él, es que estaba gordito y con un look como de rockero, pelo largo, arete en una de sus orejas, el cabrón estaba emocionado, que padre no, por los pininos de su hijo Tadeo en la capoeira, lo que sí es que el cabrón era un excelente tocador de Berimbau, siempre me dió la impresión de que se dedicaba a la música o tenía una facilidad terrible para la música, incluso en su candor y alegría en el año que marcó mi inicio en el tercer piso, me envió un mensaje personal el día de mi cumpleaños:
"Querido
Saffog, de saber que vendrias te tendría un pastel, muchas felicidades
carnalito, que lo pases a todas margaritas con tequila y todo. Un abrazo
grande y muito Axé."
Desafortunadamente hace dos días dejó de pisar la tierra, aunque no nuestras neuronas, gracias por tus sonrisas.
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