"...La ciudad de México como en muchas otras ciudades del mundo hace mucho tiempo se construía para vivir, ahora se construye para vender..."
De niño siempre que pasaba por esa calle para ir rumbo a la casa, me gustaba meterme entre sus columnas y me quedaba observando los dragones que resguardaban la entrada al laberinto que parecía había dentro del edificio. Esperaba el momento en que se moviesen o despertaran de su letargo en la pared.
Cuando andaba por el paseo de la Reforma sabía que llegaba a la calle donde vivía por que estaba en una esquina el colorido edificio y en la otra esquina la casa que parecía un pequeño castillo. El edificio de Mario Pani, a mi gusto un edificio hermoso, fósil viviente de paradigmas y valores perdidos enmarcaba la desembocadura del río Guadalquivir. Hace unos minutos me topé con el siguiente documental y los recuerdos siguen, sin duda los ladrillos de muchas otras construcciones no existen, pero las baldosas de las neuronas siguen vivas y en los sueños me susurran. El video me ha hecho soñar en vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario