Ese día yo, Quoc e Iván fuimos, aprovechando que Quoc tenía camioneta, rumbo al parque nacional del Banff. Los imponentes rocallosas poco a poco fueron emergiendo hasta que de pronto su grandeza nos envolvió de lleno. Uno de los pueblos, equivalente a un pueblo mágico aquí en México, es el pueblo de Banff que está a las faldas del Banff. Un pueblo pintorezco, dentro del poco tiempo de existencia que tiene, y que tiene aguas termales y un teleférico que lleva a una estación en una de las cumbres del Banff y que de ahí hay un camino que lleva al pico de la "Sulphur Mountain". No imagino el vivir en ese pico para saber y medir las condiciones climáticas o los rayos cósmicos. Ya llegado el cenit lunar aprovechamos para salir al bar y luego al antro, algo que me llamó la atención además de la belleza de las meseras del bar, fue que en el antro los canadienses pierden su frialdad característica y a la persona que vean le gritan haciendo alarde de fiesta. También se me hizo chistoso que las mujeres, pese al frío, salen al antro en minifalda, eso si de piel con peluchín, como una especie de mujeres cavernícolas. Tampoco pudieron faltar las famosas perlas negras.
p.d. Aproveché algunas fotos que tomé pensando en armar una panorámico y di con Hugin para lograr dicho objetivo, una de ellas fue al chilazo, de hecho no me acuerdo como salió tan rectangular y la otra salió como si hubiese pegado varias fotos, en ella use la perspectiva arquitecto.
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