Después de haber pisado otro mundo se ha agudizado mi cuestionamiento de la existencia laboral que llevo. Me repica en la mente las palabras de Cibeles diciéndome que renunciara y me consiguiera otro empleo, sin embargo el miedo a la pobreza, la desidia y otras circunstancias que se dieron el año pasado me hicieron conservar el empleo que me permitió, entre otras cosas, haber pisado otro mundo.
Cada que pienso en un cambio, el corazón se me agita, pero qué demonios... para casi todo hay solución o aproximación a la solución.
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