La cabeza me da vueltas y vueltas, pienso en ti, todo parecía chido voy por a defender mi ganado como dirías tú.
Quizás deba sentar cabeza y pensar, pero como pensar sabiendo que me vas a negar tu sonrisa. ¿Acaso era el pretexto que necesitabas? me viene a la mente muchas cosas. ¿Crees tú que las cosas seguiran caeteris paribus? Los pensamientos se me agolpan algunos me duelen, otros son tristes y otras más son felices y en tu defensa pretenden que me duerma.
Sin duda uno de ellos y el principal es el que me recuerda cuando me escribiste:
[...]
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Que curioso, lágrimas caen, exhalo. Importa y no el que me hayas dicho no quiero ahora saber nada de ti. Yo quiero saber siempre de ti
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