Definitivamente no es un pueblo pintorezco en donde las casas se encopeten con rojos tejados y las paredes de colores blancos o amarillos. No hay avenidas empedradas, ni otras cuestiones que den atisbo a la imagenería de un México mágico trivial, sin embargo el comercio y la gente son quienes atinan, al menos para mi, un ligero sabor mágico. Este fin por invitación del Lalaith Raukio decidí viajar a Jojutla, no es la primera vez que lo hago, sin embargo esta ocasión desde la película del autobus se dibujaba toda una aventura. No recuerdo el título de la película, pero esta trataba sobre la vida de la modelo del famoso retrato holandés de una mujer con una perla en el oido. El lalaith diría que no salgo muy seguido, pero os juro que no he visto mejores películas de arte en autobus que en el tramo D.F.-jojutla. Ya en jojutla me impactó ver la cantidad de puestos y diversidad en los mismos, dulces, panes, helados, pizzas... Alguien diríame y eso que no has ido a la Feria de San Marcos u otra y yo contestaria: nihilismo total amigo, es el aquí y ahora. La cena, al igual que la primera vez que visité Jojutla, me impactó la comida, un delicioso tamal de Pata (Un trozo generoso de pata de marrano entamalado) y el pozole, tenía antojo de un atole de Frijol, pero creo mi inconsciente me advirtió del exceso de vitamina "T".
Reflexionando, en parte el sabor y mi maravilla por Jojutla débese a leguas al charolazo del L.Rauko, pues sus padres, amigos de sus padres, sus amigos, sus familiares son muy cálidos, además ofrecen grandes proporciones de sabrosa comida (En ningún otro lado he disfrutado tanto una cecina o unos frijoles o la famosa salsa de cacahuate con unas tortillas de calidad superior, aun siendo de máquina) y bebida (Un tequila con squirt y limón de huerto, el libar de los dioses, acompañado de calor, la vista en una hamaca de huertos tejida por sonrisas).
Son las verdes cañas,
la cálida brisa
al horizonte
hacia arriba azules nubes en el día
tersas estrellas en la noche
hacia abajo el viento susurra
la quemada tierra reverdece
la sonrisa invita a jardines prohibidos
en el lar de la casa de las flores... tiembla el corazón.
Yendo aun más en el tiempo creo que a Morelos débole gratos recuerdos o mis mejores recuerdos de vacaciones o fines de semana: Oaxtepec, los Amates, Jojutla... un estado lleno de "apantles" con Borbollones de agua para nadar y en lo absoluto pose alguna de clase.
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