Hace más de un mes leyendo un periódico regalado por Tania, me llamó la atención la noticia de Spencer Tunick en México de inmediato decidí buscar la página e inscribirme para salir en balls, como diría Shik. Hoy, pese al tráfico, a que me levante tarde y a que parecía que había el desmán clásico Mexicano llegué al centro en compañía de Raziel y pasamos como si nada, claro mostrando nuestro registro, a comparación de lo narrado en Ergozoom. Los organizadores nos fueron acomodando sobre la calle que rodea a la plancha del zócalo, simplemente me senté y esperé, el camarada decidió irse a otro lado, sólo, me acoste sobre mi mochila y contemplé el paisaje lunar en el centro. No niego que de repente me dio como sentimiento de vacuidad, me hubiera gustado ir en grupo para hacer un buen desmadre, mas por mochez o por tiempos o por desconocimiento no se lanzó nadie más.
Cercano el amanecer Tunick, junto con su traductor carente de conocimiento defequeño, pues muchos de los comentarios traducidos fueron tomados en doble sentido. Como os decía Tunick dio las ordenes y de un momento a otro grito a divertirse, desnudense y fue cuando me despojé de mi ropa y de mis tabús respecto a andar desnudo frente a otros. De ahi descalzo emprendimos todos como hominidos la búsqueda de un cuadro en el zócalo de concreto, al inicio las olas de personas obligaron a moverse de ladito para evitar cualquier roce, al final ya daba igual. En mi caso decidí irme lo más pegado a palacio nacional y ahi fue donde disfrute de la plancha de cemento... Luego nos fuimos caminando rumbo a 20 de noviembre y comenzó el cenit del modelado artístico. Regresando rumbo al zócalo Tunick recordó a el club de Tobi y separó a las mujeres de los hombres.
De regreso ya vestido, me encontré con Morango, un itamita abogado que conocí en la capoeira, y con David y Gabi, matemáticos itamitas...
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