Tus Ladridos al ocaso
un rabo de este a oeste
saliva un remanso
ahora ausencia agreste
Adios mi can fratelo
decidme si extrañaras el bosque
con tus contorsiones y celo
aullidos nuestro coro
Carcomidad por el cáncer, mi can ha cerrados sus ojos, el músculo motor de su carmín fragor ha parado. Tu emoción por una correa me sorprende, tu entusiasmo por una pelota me dobla... Me recuerdas mi efimeridad y la de todos quienes han de sucumbir ante el peso de los gusanos. Recuerdos, sólo resta eso...
1 comentario:
Me uno a la pena que en este momento te envarga, a ti y a tú hermana.
Aunque suene un poco trillado o incluso tonto. Yo sé lo que es perder una mascota.
Pese a todo sólo queda la esperanza de que estén en algún lugar mejor que este mundo nuestro.
Publicar un comentario