La motivación más fuerte en el ser humano, creo yo por lo poco que os he analizado y analizádome, es lo lúdico. El juego es el motor de muchas cuestiones y relaciones humanas. El juego puede llegar a ser tan dulce que puede embriagarnos e inclusive acabar de tajo con el sueño... Varias veces me he dormido muy tarde por jugar ya sea a las matemáticas o a los rpgs. El juego es la motivación para el trabajo, la comida, el amor, el sexo, los videojuegos, la capoeira, las matemáticas, la lectura, el disco...
Es patético imaginar seres que nieguen la condición del juego y llévenlo al compromiso o a la rigidez de la formalidad. En la oficina estoy rodeado de ejemplos terribles que agonizan día a día en su lánguido trabajo, pues el juego ha terminado... A lo largo de mi existencia me he dado cuenta, con tristeza, de mucha gente que abandona el juego y las relaciones, amigos por ejemplo, las llevan a un plano de compromiso. Ja, pero lo sorprendente es imaginar a un primer nacido, bueno eso creo yo, comprometido con algo que en lo mínimo le resulta lúdico. Por más que otros se esfuercen, el juego ha terminado para él. Supongo que es la enseñanza par del día agonizante, si el jugador contrario abandona el tema lúdico por más que el otro jugador se empeñe en incluirlo resultará vago y deprimente.
¿Me pregunto si yo sigo siendo un jugador para otros jugadores o es acaso que ya no inspiro el menor reto?
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Demonios, para que hablar de la paja ajena, sino veo la vara en mi ojo... definitivamente mi tesis no es muy lúdica, al menos en este momento, para mi.
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