Sentir los eliseos golpear y fluir con la adrenalina del vacío fue la cúspide de un viaje para entrenar Ultimate Disco. En término literal, pues nunca antes había escalado un peñasco que coronase un valle lleno de coniferas y vegetación análoga. El entrenamiento fue interesante desde la perspectiva del espíritu del juego, pues antes de lanzar el disco para iniciar el juego por el punto cada equipo se vio confrontado en una guerra de porras. Algunas de ellas tan sofisticadas como coreografía del lago de los cisnes. Imaginad cuatro miembros de un equipo decirse a sí mismo los cuatro fantásticos y emular con una ligera geneflexión hacia arriba el 4... En fín en el momento en que tenga fotos anexaré o enriqueceré el comentario. El viaje al inicio, al menos para mi, se vió truncado por mi poca seriedad, mas afortunadamente mi celular me recordó dicho obligación transmitiendo la llamada del Coach. Detalle por más que agradezco. Un viaje exótico en algunos sentidos, pues descubrí que en Hidalgo sólo hay pastes y las casas de interés social convergen a una uniformidad de miedo. Qué puedo narrar, si mis palabras son superadas por el momento, alguien débeme la vendeta de un tacleo, un pisotón... Una vez más afirmo que nuestro país viéndolo Dios tan bello decidió crear a los mexicanos.
Al final el mismo día se coronó con un regreso cansado a chilangolandia, pero todo se puede soportar bajo la redención de una papaya, melón, sandía, queso panela y pollo rostizado... mezcal... aunque falto la cebada a ríos, mas ya existirá otro punto para retomar el espíritu de discocebada.
1 comentario:
"Una vez más afirmo que nuestro país viéndolo Dios tan bello decidió crear a los mexicanos."
En el espiritu de Full Metal Alchemist: principio de equivalencia
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