Salí de tomar café en el tugurio de los tecoletes. Y emergió terrible
frente ami. No imaginé volver a reencontrrarme con él, tierno y mozo. Su
afán por crear mundos y vivir en ellos me hizo llorar. El volver a ver
los bloques para construir castillos, Exin, me hizo verlo tal cual era.
Recordar que hace algunos años no desdeñables construía castillos de
mil y un formas para luego someter a todos sus habitantes a un
terrible asedio es maravilloso. Me sorprende que no conozca a nadie
más que haya disfrutado de la emoción de construir castillos. Luego
voltéo a la derecho y observo a los playmoviles. Estoy en la tienda de
los tecolotes o estoy en un museo. Es la siguiente cuestión que me
aborda y cercena mi cerebro. Nunca más creí volver a ver unos seres tan
maravillosos. Tan detallistas de real y lo irreal. Los playmoviles se
caracterizan por ser detallistas en un extremo real. Recuerdo una
cafetería que tenía tazas, platos soperos, fuertes y de postre, botellas
de refresco, las flores de los floreros, floreros. En fín toda una serie
de detalles que obligaban a cuidar esos juguetes más allá de una
comprensión infantil. No deseaba caer en el fenómeno de la narración
orientada a eventos en el tiempo, llámese narrar en época de Navidad
sobre la natividad, en época de reyes sobre juguetes, mas por más que
uno desea desligarse del tiempo y el momento, al menos para los
mortales, es imposible hacerlo. Definitivamente agradezco a mis padres
por haberme dado juguetes y momentos tan constructivos. Claro, cuando
uno es chamaco, pueril o como deséeis llamar tal estadío los juguetes
son herramientas y en sís divertidos, pero la imaginación y la
creatividad son el objeto más preciado que pueda tener uno de pueril y
aún de adulto.
Quería hacer una comparación entre lo físico y lo virtual, pero, creo,
que es tan tonto como comparar libros y videos o salado y dulce. Son
conceptos totalmente opuestos y en sí mismos no pueden ni deben tomarse
como excluyentes al estilo de decisión entre el bien y el mal. Dejemos
atrás la lógica Aristotélica y obtemos por una lógica difusa o budista.
Por cierto cuáles eran sus juguetes favoritos, en mi caso los bloques
para construir castillos o los playmóbiles. He de aclarar que los
bloques para construir castillos no eran bloques tipo infante de 2 años,
eran bloques pequeños y los había de todas las medidas para emular en el
mayor detalle posible a un castillo medieval, es decir había bloques
cuadrados de tamaño dos o uno o tres, vigas, bloques curvos, ventanas,
cornisas, bloques planos para rematar... todo un mundo.
1 comentario:
Adoro los playmobiles también y son mis juguetes preferidos. Aun tengo avionetas, motos, autos, helicopteros y memoras grandes memorias con ellos. Incluso alguna vez restaure un autobus (mas bien lo que quedaba de él).
Además la construcción era bastante divertida. Imaginar como iría tal cosa, que haría, etc. Aún tengo mis mapas y planes.
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