Un kfreze moca y unos 20 a 30 minutos antes de jugar squash de manera iterativa por casi 4 o 5 meses fueron parcialmente suficientes para terminar el libro de Fabrizio Mejía Madrid titulado como "El rencor". Y es que en esta época de redes sociales distractivas a veces cuesta trabajo enfocarse, pero bueno nada como leer la búsqueda por parte de Max Urdiales del licenciado X, quien es todo un epítome de la simulación y todo lo que la política mexicana ha represantado por décadas, sin olvidar que fue mentor en cierta forma de Max, así que las peripecias de este de manera dolorosa muestran esa simulación y realismo mágico que lo siento muy a flor de piel en Nayarit.
Justo en estos días, hablando de simulación, por donde vivo, casi a las afueras de Tepic, en el libramiento el gobernador en contubernio con las autoridades de esta ciudad han arreglado el retorno de tal suerte que ya no hay embotellamiento, por que literalmente lo que arreglaron fue evitar que la gente que sale del Armadillo, con cotos y escuela incluída, usen ese retorno y tengan que usar kilometros más adelante, casi llegando a Guadalajara tomando licencia de un sarcasmo, el retorno para regresar a Tepic. Y la simulación fue el arreglo, que no arregló y que además no permite a quienes tienen la desdicha de ser peatones, por que en esta ciudad el estamento más bajo del cocheclasismo son la gente de a pie, cruzar dignamente sin exponer su vida a ser chuza de los bólidos. En esta pequeña sección del libramiento donde la carretera está pintada y con señalamiento, el resto de libramiento no tiene ni una pinta.
En fin me quedo con la frase del Licenciado X:
Quien ha perdido la verguenza no sabe lo que ha ganado a cambio
Por cierto el viaje de antidepresivo solo fue por dos días, ya que pienso que aún puedo controlar la ansiedad, aunque hoy tuve un descalabro de ansiedad-bristol tipo 6 al estilo de huevo-gallina, pero bueno el Iprikene, la meditación, el squash y una IPA de la Tovara a paliar. Por lo pronto a dormir pensando que mañana será otro día.