Por una razón curiosa me acordé hoy de Nacho, el coach del equipo de ultimate en el cuál estuve a mis 26 años, y decidí ver que había sido de él buscando su perfil en el cara libro, cuando de pronto me topé con la triste noticia que su sobrina Andrea había fallecido desde el Mayo del 2019.
La noticia me llenó de tristeza, historias con Andrea quizás no tenga muchas más allá de entrenar juntos, de convivir con sus hermanas que en eran todas unas virtuosas del ultimate, de cantar "lo que pasa es que la banda está borracha" en algún campamento en Morelos después de un duro entrenamiento, de viajar a San Luis para un torneo de últimate frisbee, pero sobre todo de su carácter fuerte y bravo, pues además de ultimate ella también entrenaba box, me viene a la mente la curiosa anécdota cuando jugamos contra Olamaya y el partido se puso un tanto candente, la imagen de ella golpeando su puño contra su palma, diciendo que esto se iba a arreglar de otra manera se me quedó grabada.
Una anécdota quizás un tanto íntima, pero que quiero compartir, es que en cierto momento Andrea confesó un flechazo de cupido hacia mi persona, sin duda me sentí halagado y aunque al final no paso nada, entre muchas de las palabras que intercambiamos por correo comparto una de sus canciones que ella me compartió.
Querida Andrea siento mucho que ya no estés físicamente, sin duda me siento contento y agradecido de haber cruzado nuestros caminos, ahora entiendo porque el sueño de las hormigas hoy, eran las hormigas que me recordaban la canción de Silvio y esos instantes en que convivimos. Un abrazo y un beso a donde quiera que estés.
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