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domingo, 15 de noviembre de 2020

Reinfección 2

Como contaba, antes de caminar de nuevo a la lavandería y meter la ropa en ese bucle intermitente de calor por 15 minutos. El frío, digo fresco, viento me hace sentir la metafórica despedida, sin una comida de por medio o un café. Así se complican las fiestas navideñas y de fin de año, pues nadie en sus cabales quiere ser culpable de contagiar a sus padres o madres, mas sabiendo lo impredecible que es este virus. Algo tan simple como tomar un autobús se vuelve casi esquizofrénico.

Quizás exagero y puedo manejar para el cumpleaños de mi madre, de lejos envel péndulo un kafkafé y con la respectiva ventilación. Sin duda zorro le pone cierta incertidumbre por su necesidad gregaria y esta hasta ahora fue casi un suspiro de por poco contagio a mi madre y hermana, pues hace 7 días en la euforia de convivir fuimos juntos a Cuemanca, afortunadamente sin zorro. Toda convivencia al aire libre y con el coche ventilado, quizás como leí en caralibro de una amiga, las próximas reuniones sean en el campo o en el bosque, en un ameno picnic, pues es donde el virus languidece.

Contrastes

La misma ubicación dos realidades


En estos días de cuarentena o pandemia, algunas veces después de comer camino hasta el cementerio gringo y varias veces me pregunto, cómo la misma zona puede ser tan distinta a unos metros de distancia, por un lado el abandono y la suciedad, por el otro el orden y la limpieza, casi como si la frontera estuviese en el seno de nuestra capital.


Reinfección 1

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos o más veces con la misma piedra, quien sabe que tan cierto sea el refrán, mas en mi caso aplica con el Covid. Y no por falta de cuidado, sino quizás por suerte. Mi roomie y casi hermano, Zorro, en sus andadas se contagió y en el caos es casi probable que me reinfecto en cierta medida. En el estudio salí negativo, junto con el pingüino, quien fue él que me llevó a sospechar, ya que raras veces le he visto desganado y con fiebre, sino es que nunca en 10 años.

Aún así parece tras 7 días después, que la situación fluye estable, nadie enfermo grave, mi roomie con anosmia, yo con un poco de cansancio, el pingüino recuperado y un sinsabor de partir de nuevo a Tepic, en esta ocasión sin poder despedir a mi hermana y mi madre, nunca imaginé lo agradable que es reunirse, bueno siempre lo supe, pero ahora sopla el frío viento. -Tengo que ir por la ropa, continuará.