Valga que esta bitácora sea una especie de terapeuta digital, ayer un chaval de la oficina me halagó mencionando que me parecía a Nathan de la película ex machina, favor que me hace, sin duda por la barba, las cejas y el corte pelón, quizás también por que tengo casi la misma edad que Oscar Isaac, actor que interpreta a Nathan, pero hasta ahí. No soy dueño de una empresa de inteligencia artificial, ni mucho menos tengo el físico de dicho actor. -Nota personal, ir al gimnasio para tener algo cercano a ese cuerpo del actor-. A qué iba a todo esto, a que en estos días siendo sincero con uds. me siento un poco frustrado, si bien las mieles del matrimonio me han asentado chévere, no esa especie de ansiedad sexual, me he vuelto ligeramente aficionado a entretenerme con non-sacras imágenes para liberar tensión o distracción. Sí, sé que rara vez soy tan sincero de asuntos tan privados en esta bitácora, pero esa es la realidad en este momento. La indefinición de mi special one respecto al culmen de su doctorado, la volatilidad de los bienes inmuebles en la otrora ciudad de los palacios, ahora la peor ciudad para vivir: contaminación, altos costes y un sinfín de males que quienes hemos vivido de años nos hemos dado cuenta de su detrimento y no es que me invente algo, pero piensen en los distintos paseos arbolados de esta muy noble y muy leal ciudad, la mayoría están mal cuidados, el agua escasea, las inmobiliarias revientan la marrana construyendo como si su vida tratase de ello, sin orden, sin importar que vaya a pasar en un futuro. ¡Carajo! Todas esas cuestiones me ponen tenso y en cierta forma extraño tener la edad del chaval que me halagó, como una especie de volver a empezar en otro lado o momento, pero heme realista y esos pensamientos son meras ipsaciones que en exceso terminan moliendo la cabeza. ¡Ambas, aclararía alguien! Sí ambas por experiencia lo digo.
Sobre los proyectos laborales, debo decir que precio la situación, aunque desearía estar con los pies mejor parado, pero unas por otras Alejandro, unas por otras. Y es que si hablo de mi pié, el izquierdo me ha traicionado y mermado mi desempeño capoeirista: la fascia, el tendon y el gemelo. Nada que me imposibilite caminar o correr, pero es esa cercanía con el cuarto piso traducido a una especie de temor lo que jode el asunto. Retomando el aspecto laboral en algunos meses cumpliré 13 años trabajando para el proyecto Inffinix ahora Equifax, sin duda alcancé una especie de punto de convergencia, quisiera dedicarme más a proyectos de ciencia de datos, pero la papa es la papa y sobre volver a sufrir hambre creo que soy muy conservador respecto al riesgo.
No sé que pinte este año propiamente, solo sé que quiero ponerme mamado, disfrutar la vida y viajar un poco más.
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