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miércoles, 1 de abril de 2015

El hermano naranja

10.57

Una conversación indistinta se escucha, quizás varios yeahs ocasionales se distinguen para luego unirse al sinfín de ruidos o notas que escudriñan el lugar en que me encuentro. El sonido del molino me invita a ir a comprar un café. Casi las 11 horas, debería de estar hurgando en pos de bichos castellanos o errores informáticos la consola del bien querido y amado sistema de cobranza. Leí la historia del hermano naranja y por un momento me pareció sorprendente, incluso cursi, adelanté hasta casi finalizarla y me quedo pensando en la palabra "fate". Ahora el gringo cree en el destino, el Angel Piña que todos llevamos por dentro me hace pensar en que tal vez todo fue una treta del gobierno Chino para sensibilizar a los gringos sobre los Chinos por supuesto y si fue así, creo que al menos muchas personas la pasaron bien. Sin embargo, no la mano invisible nos sensibiliza sobre otras cuestiones, siempre hay tretas que tiñen el río, pero el río sigue ahí con su afluente y si esta se seca quedan los vestigios de que otrora estuvo ahí.

11.05

Siguen los minutos invisibles corriendo como ese río, sus segundos refrescantes se van y con ellos sigo pensando en la inmortalidad del cangrejo y el silencio. Prefiero creer que independientemente del tablero de ajedrez y que francamente, día tras día la miseria fluye por las noticias mexicanas, es posible observar ejemplos que inspiren como la del hermano naranja y el gringo. Hace un par de días mi vecina peleaba con los vecinos de abajo por su desmadre sonoro y al final en lugar de explotar, terminaron platicando y resolviendo diferencia alguna y tan amigos o vecinos como siempre.

11.11

Sí, el hermano naranja, quizás son las historias que hacen falta en esta vacuidad terrible de valores, sazonada por las lúgubres y podridas noticias, así como el agua no es sólo un recurso, sino muchas cosas más, así las relaciones humanas y sociales, no son solo recursos, son muchas cosas más. Sicilia quizás tenga razón hay que romper lo inamovible, pues nuestra naturaleza aunque eterna para algunos es algo dinámico.

11.17

Releo de nuevo por brincos la historia del hermano naranja, será la edad, y me vienen a la mente: "yo no me trago esos cuentos chinos". ¡Qué demonios, muchas otras cosas son cuentos chinos y este me gustó!

Más sobre el cuento chino del hombre naranja: el hombre naranja

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