Después de un "hike", manera inglesa de referirse a una caminata por las montañas, y tomar algunas fotos a la empresa de Roy, Mr. Ardilla, amigo Coahuilense ahora radicado en estos lares fríos, junto con Roberto, el sol por fin sonrío y en la camioneta de regreso salió el tema de como está nuestro país, noticias de gente en la otrora rica comarca lagunera ahora en desastre y que quizás por esa razón decidieron votar por otro peor desastre, pues recordemos que varios estados del norte de la república el PRI ganó las elecciones.
¿Me pregunto si su situación ha cambiado ahora que parece haber un pacto en el oscurito con el Narco? Lo que me queda claro es que muchos veíamos el desastre que vendría con un pelmazo como Peña Nieto en la presidencia, el regreso del PRI a la presidencia:
After go to a "hike", english word for to take a walk in the mountains, and take some photographies for the Roy's enterprise, Mr. Squirrel, the sun at least smiled and inside the vagon we started to talk about our country's topic, some news about people how in the former rich region, comarca lagunera, now in disaster and perhaps that people for that reason decided to vote for another disaster, because remember that in some, if not almost all, of the north states of the republic, the PRI won the elections.
I asking myself if their state of affairs have changed now that seems to exist some pact in the twilight with the narco? One thing evident to me is something that a lot people saw to come with some jerk like Peña Nieto in the presidency, the return of the PRI to the presidency:
Cartón tomado de la Jornada.
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lunes, 30 de septiembre de 2013
Comedia rosa china
Después de caminar y caminar y cenar en un restaurante para camioneros al este de Calgary, aproveché la noche para ir a ver una película en el marco del festival internacional de cine de esta cambiante ciudad de las praderas. La película me gustó, aunque me dejó algo empalagado, la temática es literalmente lo que menciona el título de la película: Will you still love me tomorrow? En definitiva es interesante ver como pese a la obligación al final lo que motiva la esencia humana, al menos la pintada en esa película, es la felicidad y el amor como un medio para tal. Película producida por Lieh Lee, Roger Huang
viernes, 27 de septiembre de 2013
Después de una larga travesía por el Heritage
Al sur de esta fría ciudad se encuentra un lago, junto con su respectivo río, al cual llaman en conjunto el parque Heritage, quizás por que tienen emplazado unas cuantas casas que recuerdan al Calgary de principios de siglo, aunque supongo que es una idealización de maqueta. Lo interesante de esta zona, como de muchas zonas de esta ciudad, es la cantidad de áreas verdes y de caminos para hacer recorridos en bici, algunos pesados por la cuesta que hay que subir y otros en misma proporción, pero de bajada.
Otra cuestión interesante es la manera en que manejan las campañas electorales, pues a diferencia de nuestro país, aquí ponen muy pocos anuncios y sólo en lugares estratégicos. Así que el cochinero electoral brilla por su ausencia, incluso en el transporte público que es uno de los pocos lugares donde he visto que la conocida marca de vodka haga uso de la publicidad.
La semana la cerré con una visita a un centro comercial, no por el hecho del comercio en sí, sino por que tienen un invernadero con diversas plantas tropicales y disfruté un helado de yogurt y macha. Ayer recibí mi primera respuesta a algunas solicitudes de trabajo, sin embargo no pude hacer mucho, pues aún no tengo el estatus migratorio que me permita fluir.
Otra cuestión interesante es la manera en que manejan las campañas electorales, pues a diferencia de nuestro país, aquí ponen muy pocos anuncios y sólo en lugares estratégicos. Así que el cochinero electoral brilla por su ausencia, incluso en el transporte público que es uno de los pocos lugares donde he visto que la conocida marca de vodka haga uso de la publicidad.
La semana la cerré con una visita a un centro comercial, no por el hecho del comercio en sí, sino por que tienen un invernadero con diversas plantas tropicales y disfruté un helado de yogurt y macha. Ayer recibí mi primera respuesta a algunas solicitudes de trabajo, sin embargo no pude hacer mucho, pues aún no tengo el estatus migratorio que me permita fluir.
jueves, 26 de septiembre de 2013
Oil sands karaoke
Uno de los temas sensibles y que le da esa "aparente" riqueza a Alberta son las famosas arenas petroleras, oil sands en inglés.
Parte 1
Parte 2
La película presentada en el festival internacional de cine de Calgary.
Muchos buscan sus sueños y en una borrachera de cantos y de pretender ser quienes quieren ser por un momento se embriagan como moscas con el dulce olor del petróleo.
Parte 1
Parte 2
La película presentada en el festival internacional de cine de Calgary.
Muchos buscan sus sueños y en una borrachera de cantos y de pretender ser quienes quieren ser por un momento se embriagan como moscas con el dulce olor del petróleo.
martes, 24 de septiembre de 2013
Malabares interesantes
Malabar de sombreros:
Malabar con aros:
Mientras tanto a seguir practicando ball contact:
Malabar con aros:
Mientras tanto a seguir practicando ball contact:
jueves, 19 de septiembre de 2013
Second week in Calgary
I went to the public library, because I wanted to know the services and perhaps get into some of the english as second language groups, but I can not because I haven't any Calgarian identity card, but never mind I found some courses in CBC.
domingo, 15 de septiembre de 2013
Parrillada...
Hace algunas horas fui o mejor dicho ayer fui a una parrillada ofrecida por una amiga mexicana en honor a que obtuvo su residencia permanente en el país cuyo principal valor, al parecer, es la tolerancia, el respeto y la multietnicidad. Entre varios temas que hablamos fueron la manera en como los Canadienses, algunos, respetan a los animales, cosas como: me encontré un ratón en el jardín y le hablé a mi roomie y dijo: ahh si Frederick, por favor no lo vayas a mojar.
Una ciudad donde las liebres, ardillas, gansos, cuervos, avispas, árboles son libres de hacer lo que gusten, al parecer. Mi amiga mexicana decía sorprendida sobre como son de "huevones" los Canadienses, pues dadas las 18 horas dejaban todo como estaba y dejaban de trabajar. O cosas como: ¿Cómo osan a la jefa decirle que x petición no podría estar inmediatamente, pues estaban trabajando en otras cosas?
Es claro que el respeto empieza por uno mismo y se extiende a diversas situaciones de su vida: los animales, los peatones, los horarios laborales, supongo que en el momento en que la mayoría empiece a no respetar el horario, empezarán a dejar de respetar a los peatones, pues cómo osa un peaton a enfrentarse a un coche.
Sin duda el sentirse mejor que otro, de una clase mejor, conlleva a despreciar al otro y por ende lleva a la falta de respeto, dicha falta de respeto a los demás es algo que los mexicanos hacemos día a día. Por eso ahora escuchamos a las clases "medias" razgándose las vestiduras por que tendrán que pagar por sus "lujos". Sin duda el tema es complicado a final de cuentas nadie quiere pagar impuestos por un país donde aparentemente no se ven los beneficios y sólo se ven los escándalos de corrupción.
¿Quién va dar de su dinero a un barco que no tiene capitán y que parece estar zozobrando? ¿Sin duda usaremos nuestro dinero para obtener el mejor bote para huir a otro barco?
Mas prefiero compartir con ustedes el siguiente artículo de opinión tomado de sinembargo, el cuál en cierta forma me da el sabor de boca que tengo respecto a lo que es nuestro país a proposito del día de la indepedencia.
Ahorita ya no sé si tengo fe por Alma Delia Murillo
Hay un lugar del cuerpo donde duele el país que llamamos nuestro país. A mí me duele en el pecho y en la piel. Mi piel oscura, mestiza, mexicana. Estuve el domingo pasado en el Hemiciclo a Juárez. Ahí andábamos mi hermana y yo, mi compañera de siempre, con la que tantas veces atravesé esta ciudad para ir a la escuela cuando éramos apenas unas niñas. Ella y yo solas, siempre sonrientes pero bravas cuando había que defender a la otra. Hacíamos infinitos recorridos con nuestro uniforme de escuela pública. Suéter rojo, jumper gris, camisa blanca, calcetas largas, piernas flacas, la fragilidad como emblema en el rostro. Pero nos sentíamos seguras brincando del camión al metro, leíamos o cantábamos durante el trayecto o nos quedábamos dormidas una sobre la otra abrazando nuestros libros y nuestras maletas con cinco mudas de ropa porque vivíamos en un colegio internado de lunes a viernes. Estudiábamos para ser alguien en la vida. Siempre fuimos alumnas de escuelas públicas, siempre fuimos devoradoras de libros, siempre fuimos canela fina; ella más fina que yo, debo decir. Recuerdo que desde entonces el mensaje social era uno: estamos en crisis. Pero he aquí que un día nos alcanzó el desarrollo globalizador y escalamos varios peldaños en el estrato social para convertirnos en clase media. Y francamente no sé si me alegro. Esto es lo que pienso y lo diré sin rodeos: la clase media mexicana tiene el Síndrome de Estocolmo. Que nos den, que nos cojan, que nos mantengan secuestrados y seguiremos amando a nuestros verdugos. Tanto, que no soportamos la vida sin ellos ni durante un par de sexenios. Tanto, que nos endeudaremos por generaciones para que, sumando los años de trabajo de ustedes, los míos y los de toda nuestra esforzada descendencia, mantengamos encumbrado al hombre más adinerado del mundo y a toda su millonaria descendencia. Hoy leí esta declaración de César Camacho (presidente nacional del PRI): “Las reformas no han despertado al México bronco”, dijo. Claro que no, si por algo las reformas fiscales tienen las fauces dirigidas hacia nosotros: el México pendejo. Los que pagamos precios inauditos por la hipoteca de la casa, la colegiaturas, el alimento para mascotas, los servicios de teléfono y de internet, los medicamentos y agreguen a esta lista lo que quieran. Los precios más altos a nivel mundial, precios inmorales y servicios de calidad ofensiva. Pero es que estamos dispuestos a lo que sea para demostrar que somos superiores o que nos hemos superado. Nosotros: la indolente, adormilada, acomodaticia, domesticada clase media. Nosotros: el segmento cautivo pagador de impuestos y el segmento cautivo de Carlos Slim. Nosotros: los creyentes del éxito, de la excelencia, del yo hago mi trabajo. Nosotros: los que cargaríamos sobre los hombros nuestros bien amados automóviles antes que prescindir de ellos pero que desde luego no caminaremos ni medio kilómetro organizados en manifestación alguna. Y dejaremos que esa bola de revoltosos jodidos que están así porque no trabajan, se manifiesten por causas que también nos afectan pero les demandaremos que no nos arruinen el libre tránsito y que se quiten de nuestro Periférico porque lo hacen ver feíto. Y aquí vuelvo al punto donde empecé. El domingo pasado miré a mi alrededor con mucha atención, ahí no estaba la clase media. No. Los clasemedieros queremos bienestar pero sin que los procesos de lucha social nos afecten porque sólo somos buenas personas haciendo nuestro trabajo y pagando impuestos como debe de ser. Vaya declaración apocalíptica, robotizada, zombi. Nos hemos entregado sin resistencia a la dictadura perfecta: la del poder adquisitivo y la identidad simbióticamente vinculada al trabajo para generar capacidad de consumo. Y por eso digo: que nos cojan, si hasta llevaremos el lubricante para facilitarle las cosas a nuestro agresor. Tengo que hacer una pausa para agradecer a los que siguen leyendo, estoy cierta de que muchos ya abandonaron esta soez lectura pero es que para hablar del abuso no se puede recurrir a la poesía, gente. Pido indulgencia para mi vulgaridad. Sigo. El panorama se pone peor porque la clase media sólo es un México de los incontables Méxicos que somos. Si algo define a este país es la fragmentación. Tenemos un Congreso dividido, un centro de la ciudad repartido: la plancha del Zócalo para la CNTE y el Hemiciclo a Juárez para los manifestantes del mitin por la reforma energética, una oposición que acompaña a Cuauhtémoc Cárdenas y otra que acompaña a Andrés Manuel, un norte del país repartido en un sinnúmero de cárteles del narco y para el sur otro tanto. Unos que lloran porque no pudieron llegar al aeropuerto y perdieron su vuelo, otros que lloran de hambre y otros que lloran peregrinando como en una diáspora maldita por sus miles de muertos, sus miles de ejecutados, de mutilados, de calcinados, de desaparecidos. No hay causa que nos una: ni la educación, ni la reforma energética, ni la reforma fiscal, ni el hambre. Ni la muerte. Y por eso es que -aunque nos movamos- en realidad estamos inmóviles, atascados, empantanados, pulverizados. Chocando como insectos ciegos unos contra los otros. Porque cuando los que hacen la política se unen, es sólo para pactar en su favor. Y nada más. Pretender que los líderes de un grupo o del otro renunciarán a sus egos descomunales para hacer un solo frente es no tener idea cabal de la condición humana. A esos señores siempre les ganará el Yo, jamás el Nosotros. Y la buena política se trata de unir, no de separar. Pero no: rotos, molidos como cristales contra el pavimento. Tengo que hacer otra pausa porque me voy hundiendo en la silla mientras escribo, necesitando desesperadamente un tequila y una canción de José Alfredo, el que componía así nomás, de silbidito. Y no presumía de poeta. Tengo que parar porque me van entrando unas ganas de llorar que no me caben en el pecho. De llorar por los mismos dolores. Mi México en pedacitos. Mi pedacito de México. Tequila en mano, sigo. ¿Qué causa nos unirá a los mexicanos? ¿Cuándo dejaremos de creer en la aniñada fantasía de que todos somos iguales? Si fuéramos capaces de sostener una visión adulta asumiríamos que todos somos diferentes. Y no lo digo yo sino la realidad que no hace brotar organismos a partir de ideologías sino de la potencia indomable de la vida. Entonces tal vez podríamos reconstruirnos desde nuestras contradicciones, tejer una matriz sociocultural basada en la diferencia: asumir al diferente como recurso y fortaleza, como algo bueno, como otro que –por fortuna– no es como yo. Pero allá arriba de la pirámide hay un estándar al que aspiramos sin importar que para llegar a uniformarnos con ese ideal tengamos que mutilarnos de fondo y por completo. Por eso somos cada vez menos sociedad y cada vez más segmentos de consumidores. Qué peligroso, qué tristeza. Me pregunto qué causa nos unirá a los mexicanos y también me pregunto qué es ser mexicano. Y no tengo respuestas. Tengo una inquietud que me carcome el alma. Y un amor por este hermosísimo país que es casi como un embrujo que me obsesiona y que, como todo amor verdadero, a ratos me duele y a ratos me colma con un gozo desbordante. Y como ya llegué al fondo de mi caballito de tequila y no estoy en el rincón de una cantina sino yo sola en mi casa por la que pago una hipoteca salvaje, sólo se me ocurre agregar esto: hagamos que viva México, cabrones.
Una ciudad donde las liebres, ardillas, gansos, cuervos, avispas, árboles son libres de hacer lo que gusten, al parecer. Mi amiga mexicana decía sorprendida sobre como son de "huevones" los Canadienses, pues dadas las 18 horas dejaban todo como estaba y dejaban de trabajar. O cosas como: ¿Cómo osan a la jefa decirle que x petición no podría estar inmediatamente, pues estaban trabajando en otras cosas?
Es claro que el respeto empieza por uno mismo y se extiende a diversas situaciones de su vida: los animales, los peatones, los horarios laborales, supongo que en el momento en que la mayoría empiece a no respetar el horario, empezarán a dejar de respetar a los peatones, pues cómo osa un peaton a enfrentarse a un coche.
Sin duda el sentirse mejor que otro, de una clase mejor, conlleva a despreciar al otro y por ende lleva a la falta de respeto, dicha falta de respeto a los demás es algo que los mexicanos hacemos día a día. Por eso ahora escuchamos a las clases "medias" razgándose las vestiduras por que tendrán que pagar por sus "lujos". Sin duda el tema es complicado a final de cuentas nadie quiere pagar impuestos por un país donde aparentemente no se ven los beneficios y sólo se ven los escándalos de corrupción.
¿Quién va dar de su dinero a un barco que no tiene capitán y que parece estar zozobrando? ¿Sin duda usaremos nuestro dinero para obtener el mejor bote para huir a otro barco?
Mas prefiero compartir con ustedes el siguiente artículo de opinión tomado de sinembargo, el cuál en cierta forma me da el sabor de boca que tengo respecto a lo que es nuestro país a proposito del día de la indepedencia.
Ahorita ya no sé si tengo fe por Alma Delia Murillo
Hay un lugar del cuerpo donde duele el país que llamamos nuestro país. A mí me duele en el pecho y en la piel. Mi piel oscura, mestiza, mexicana. Estuve el domingo pasado en el Hemiciclo a Juárez. Ahí andábamos mi hermana y yo, mi compañera de siempre, con la que tantas veces atravesé esta ciudad para ir a la escuela cuando éramos apenas unas niñas. Ella y yo solas, siempre sonrientes pero bravas cuando había que defender a la otra. Hacíamos infinitos recorridos con nuestro uniforme de escuela pública. Suéter rojo, jumper gris, camisa blanca, calcetas largas, piernas flacas, la fragilidad como emblema en el rostro. Pero nos sentíamos seguras brincando del camión al metro, leíamos o cantábamos durante el trayecto o nos quedábamos dormidas una sobre la otra abrazando nuestros libros y nuestras maletas con cinco mudas de ropa porque vivíamos en un colegio internado de lunes a viernes. Estudiábamos para ser alguien en la vida. Siempre fuimos alumnas de escuelas públicas, siempre fuimos devoradoras de libros, siempre fuimos canela fina; ella más fina que yo, debo decir. Recuerdo que desde entonces el mensaje social era uno: estamos en crisis. Pero he aquí que un día nos alcanzó el desarrollo globalizador y escalamos varios peldaños en el estrato social para convertirnos en clase media. Y francamente no sé si me alegro. Esto es lo que pienso y lo diré sin rodeos: la clase media mexicana tiene el Síndrome de Estocolmo. Que nos den, que nos cojan, que nos mantengan secuestrados y seguiremos amando a nuestros verdugos. Tanto, que no soportamos la vida sin ellos ni durante un par de sexenios. Tanto, que nos endeudaremos por generaciones para que, sumando los años de trabajo de ustedes, los míos y los de toda nuestra esforzada descendencia, mantengamos encumbrado al hombre más adinerado del mundo y a toda su millonaria descendencia. Hoy leí esta declaración de César Camacho (presidente nacional del PRI): “Las reformas no han despertado al México bronco”, dijo. Claro que no, si por algo las reformas fiscales tienen las fauces dirigidas hacia nosotros: el México pendejo. Los que pagamos precios inauditos por la hipoteca de la casa, la colegiaturas, el alimento para mascotas, los servicios de teléfono y de internet, los medicamentos y agreguen a esta lista lo que quieran. Los precios más altos a nivel mundial, precios inmorales y servicios de calidad ofensiva. Pero es que estamos dispuestos a lo que sea para demostrar que somos superiores o que nos hemos superado. Nosotros: la indolente, adormilada, acomodaticia, domesticada clase media. Nosotros: el segmento cautivo pagador de impuestos y el segmento cautivo de Carlos Slim. Nosotros: los creyentes del éxito, de la excelencia, del yo hago mi trabajo. Nosotros: los que cargaríamos sobre los hombros nuestros bien amados automóviles antes que prescindir de ellos pero que desde luego no caminaremos ni medio kilómetro organizados en manifestación alguna. Y dejaremos que esa bola de revoltosos jodidos que están así porque no trabajan, se manifiesten por causas que también nos afectan pero les demandaremos que no nos arruinen el libre tránsito y que se quiten de nuestro Periférico porque lo hacen ver feíto. Y aquí vuelvo al punto donde empecé. El domingo pasado miré a mi alrededor con mucha atención, ahí no estaba la clase media. No. Los clasemedieros queremos bienestar pero sin que los procesos de lucha social nos afecten porque sólo somos buenas personas haciendo nuestro trabajo y pagando impuestos como debe de ser. Vaya declaración apocalíptica, robotizada, zombi. Nos hemos entregado sin resistencia a la dictadura perfecta: la del poder adquisitivo y la identidad simbióticamente vinculada al trabajo para generar capacidad de consumo. Y por eso digo: que nos cojan, si hasta llevaremos el lubricante para facilitarle las cosas a nuestro agresor. Tengo que hacer una pausa para agradecer a los que siguen leyendo, estoy cierta de que muchos ya abandonaron esta soez lectura pero es que para hablar del abuso no se puede recurrir a la poesía, gente. Pido indulgencia para mi vulgaridad. Sigo. El panorama se pone peor porque la clase media sólo es un México de los incontables Méxicos que somos. Si algo define a este país es la fragmentación. Tenemos un Congreso dividido, un centro de la ciudad repartido: la plancha del Zócalo para la CNTE y el Hemiciclo a Juárez para los manifestantes del mitin por la reforma energética, una oposición que acompaña a Cuauhtémoc Cárdenas y otra que acompaña a Andrés Manuel, un norte del país repartido en un sinnúmero de cárteles del narco y para el sur otro tanto. Unos que lloran porque no pudieron llegar al aeropuerto y perdieron su vuelo, otros que lloran de hambre y otros que lloran peregrinando como en una diáspora maldita por sus miles de muertos, sus miles de ejecutados, de mutilados, de calcinados, de desaparecidos. No hay causa que nos una: ni la educación, ni la reforma energética, ni la reforma fiscal, ni el hambre. Ni la muerte. Y por eso es que -aunque nos movamos- en realidad estamos inmóviles, atascados, empantanados, pulverizados. Chocando como insectos ciegos unos contra los otros. Porque cuando los que hacen la política se unen, es sólo para pactar en su favor. Y nada más. Pretender que los líderes de un grupo o del otro renunciarán a sus egos descomunales para hacer un solo frente es no tener idea cabal de la condición humana. A esos señores siempre les ganará el Yo, jamás el Nosotros. Y la buena política se trata de unir, no de separar. Pero no: rotos, molidos como cristales contra el pavimento. Tengo que hacer otra pausa porque me voy hundiendo en la silla mientras escribo, necesitando desesperadamente un tequila y una canción de José Alfredo, el que componía así nomás, de silbidito. Y no presumía de poeta. Tengo que parar porque me van entrando unas ganas de llorar que no me caben en el pecho. De llorar por los mismos dolores. Mi México en pedacitos. Mi pedacito de México. Tequila en mano, sigo. ¿Qué causa nos unirá a los mexicanos? ¿Cuándo dejaremos de creer en la aniñada fantasía de que todos somos iguales? Si fuéramos capaces de sostener una visión adulta asumiríamos que todos somos diferentes. Y no lo digo yo sino la realidad que no hace brotar organismos a partir de ideologías sino de la potencia indomable de la vida. Entonces tal vez podríamos reconstruirnos desde nuestras contradicciones, tejer una matriz sociocultural basada en la diferencia: asumir al diferente como recurso y fortaleza, como algo bueno, como otro que –por fortuna– no es como yo. Pero allá arriba de la pirámide hay un estándar al que aspiramos sin importar que para llegar a uniformarnos con ese ideal tengamos que mutilarnos de fondo y por completo. Por eso somos cada vez menos sociedad y cada vez más segmentos de consumidores. Qué peligroso, qué tristeza. Me pregunto qué causa nos unirá a los mexicanos y también me pregunto qué es ser mexicano. Y no tengo respuestas. Tengo una inquietud que me carcome el alma. Y un amor por este hermosísimo país que es casi como un embrujo que me obsesiona y que, como todo amor verdadero, a ratos me duele y a ratos me colma con un gozo desbordante. Y como ya llegué al fondo de mi caballito de tequila y no estoy en el rincón de una cantina sino yo sola en mi casa por la que pago una hipoteca salvaje, sólo se me ocurre agregar esto: hagamos que viva México, cabrones.
La cruda realidad
Es bien dicho que las imágenes dicen más que mil palabras, así que saquen sus conclusiones, pueden dar click aquí
Si bien hay muchas otras realidades, como la pelea del Canelo contra Waybla que he visto desde lares tan lejanos en donde un gobernador y su comitiva se mueve a las Vegas para patrocinar al pugilista en aras de "promocionar" a Nayarit.
...Durante el trayecto de regreso vislumbré el que quizás no tendría el apoyo, me vino a la mente: si yo me chingué, por qué el no se habría de chingar igual...
Por cierto la foto es de: Francisco Olvera.
Si bien hay muchas otras realidades, como la pelea del Canelo contra Waybla que he visto desde lares tan lejanos en donde un gobernador y su comitiva se mueve a las Vegas para patrocinar al pugilista en aras de "promocionar" a Nayarit.
...Durante el trayecto de regreso vislumbré el que quizás no tendría el apoyo, me vino a la mente: si yo me chingué, por qué el no se habría de chingar igual...
Por cierto la foto es de: Francisco Olvera.
sábado, 14 de septiembre de 2013
Casi una semana después
La transición entre el octavo y el noveno mes del presente año ha estado marcada de cambios interesantes en mi existencia. La incertidumbre ha cobrado nuevos puntos, así como su contrario. Para seros sincero extraño a mis roomies, dos personas, hermanos del alma, con quienes comparti dos años el día a día, aunque en cierta forma ya había compartido mi existencia con ellos mucho antes, pero no al grado de vernos en cueros o en bolas todos los días, de tener reuniones de pláticas en la cama de rata o de perro. De ver películas o de ir al super, de reir o llorar, en cierta forma intento pensar en otra cosa, pues de seguir pensando en ellos me vienen las lágrimas no de tristeza en su totalidad, pero si de alegría. Como en friends, la serie, llega un punto en el que me hubiera gustado que ellos también estuvieran como roomies en cambios en mi existencia, ni pez, así como no siempre tendremos 9 años, así la vida cambia inevitablemente se va ajustando en ese dinamismo incierto.
Lo cierto es que pienso mucho en las palabras mal atribuidas a Borges que recientemente han estado circulando en la red:
El árbol de los amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.
También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.
Pueden consultar aquí
Lo cierto es que pienso mucho en las palabras mal atribuidas a Borges que recientemente han estado circulando en la red:
El árbol de los amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.
También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.
Pueden consultar aquí
viernes, 13 de septiembre de 2013
Unas cuantas verdades
¿Me pregunto si en algún momento los policias dejarían de hacer su chamba sólo por saber que sus hijos pagarán por su educación?
jueves, 12 de septiembre de 2013
Desde Calgary
En vacaciones y en búsqueda de una vida mejor heme aquí en lares cercanos a Boreas. Desde estos lares tengo ciertas reflexiones respecto a lo multiétnico y la tolerancia, sin duda un mundo apacible, pero me cuesta tanto trabajo entender por que las musulmanas haciendo tanto calor no andan en shortcitos como las orientales, las sajonas, las nórdicas, las mulatas, las latinas...
-- o --
Divagando un poco en el cara libro dí con el siguiente blog de periodismo libre: subversiones. Quizás sea buen momento para leer otras opiniones más allá de las típicas que emiten los grandes medios. Personalmente siempre he sido defensor del periodismo profesional y del amateur, por llamarlo de mal modo, si tu tía o abuelita tiene una cámara y está en el momento, en cierta forma está viviendo y compartiendo el momento histórico, quizás la profesionalidad venga después al analizar el momento o al encaminar cierta investigación para lograr poner a tu tía profesional en el instante.
-- o --
Divagando un poco en el cara libro dí con el siguiente blog de periodismo libre: subversiones. Quizás sea buen momento para leer otras opiniones más allá de las típicas que emiten los grandes medios. Personalmente siempre he sido defensor del periodismo profesional y del amateur, por llamarlo de mal modo, si tu tía o abuelita tiene una cámara y está en el momento, en cierta forma está viviendo y compartiendo el momento histórico, quizás la profesionalidad venga después al analizar el momento o al encaminar cierta investigación para lograr poner a tu tía profesional en el instante.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Não é um adeus, é um até breve...
Pensamento
Vai na frente que eu chego depois
O que eu trago na lembranca
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Sentimento
Olho ceu veio as estrelas
Na folhagem sinto o vento
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Caxixi caxixi caxixi
Cadé o berimbau que tava aquí?
Enterrado nesse chao
Parecendo pé de milho
Foguedo de capoeira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
vía longe do mar
Vai na frente que eu chego depois
O que eu trago na lembranca
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Os olhos brilham
Quando de novo se encontram
Sentimento
Olho ceu veio as estrelas
Na folhagem sinto o vento
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Dia de chuva mata escura
Eu me guardo por dentro
Caxixi caxixi caxixi
Cadé o berimbau que tava aquí?
Enterrado nesse chao
Parecendo pé de milho
Foguedo de capoeira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
Changó é rei
Sao Joao menino é da fogueira
vía longe do mar
martes, 3 de septiembre de 2013
Curiosidades del inicio de septiembre
Un informe que a mi gusto como ciudadano no lo fue, no tuvo los huevos para ir al congreso y soportar las críticas, todo perfección, todo aplauso. En un mundo que constantemente lo alimentamos y eso incluye este medio con mierda, tal como lo pinta esta página.
Incluso Vice tiene su vela en el entierro
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