Desperté y de repente la tristeza se asomó, me vino a la mente la rola: cierra los ojos... puedes seguir cayendo, hasta dónde llegarás.
Curioso, la luna mañana no deja por tu culpa de brillar. En un sentido, sin duda es cierto, la luna no dejará de brillar como lo ha hecho por miles de años. Brilla luna, que tu sonrisa debe inspirarme, aún cuando ya no esté, gracias por tu sonrisa en la oscuridad eterna.
En qué pienso, en lo efímero que es la vida, hoy un día sin sol resplandeciente, se abruman los pensamientos, quizás llueva, quizás sea lo que necesite, para que de nuevo Apolo nos caliente con sus dorados corceles.
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