No es secreto que tenga empatía y a lo largo de seis años esta persona en su rol de pejidente se haya ganado mi respeto, en parto por que hizo una de las cosas por las cuales voté por el hace seis años: Cancelar el aeropuerto de Texcoco. Obviamente hizo mucho más y también no hizo otras tantas cosas. Una de las cosas que hizo y agradezco fue quitar las medidas draconianas de subcontratación y pauperización profesional, poner temporalmente en su lugar a los transgénicos, i.e. defender nuestro maíz, dar ilusión en la democracia a muchos indiferentes, politizar a millones de mexicanos y creer en México y el crisol de pueblos que representa el ombligo de la luna. Claro tuvo varios desaciertos, pero ya le tocará que lo juzgue la historia.
Sobre las obras de infrastructura simbólicamente hacen que me sienta orgulloso de ser mexicano.
Se descubrió en esta semana una pequeña serenata de Mozart, así es tras 300 años el buen Wolfi nos sigue dando de que hablar. Y en esta bitácora como buenos Mozartianos comparto el estreno:
Más detalles sobre el descubrimiento en mundoclásico y classical, estará interesante bailar un minueto con la composición de Mozart.
Hace un par de días quedé conmocionado al saber la noticia de Mestre Cipo, no podía creerlo que hubiera partido a mi juicio, antes de tiempo. Contra Mestre Cipo fue una persona que conocí hace casi una década, cuando recién estaba aprendiendo lo que es la capoeira. En ese entonces se hablaba de uno de los primeros contra mestres Mexicanos, físicamente sus ojos un tanto chicos hacían juego con sus rastas, su jogo era una mezcla entre capoeria regional y angola, siempre con un matiz más angolero, pero con patadas contundentes de regional. Donde tuve la oportunidad de convivir un poco más, fuera del aula, fue en las fiestas del encuentro de Capoeira Longe do Mar, ahí recuerdo que en algún momento invitó a algunos de los presentes, incluyéndome, a visitarlo en su academia Mandinga en Morelos. Mis neuronas hacen click y hace sentido el grupo y su jogo, era un jogo mandinguero. Incluso me viene a la mente de manera difusa alguna conversación con el Indi, donde el me decía enfáticamente "vamos con Cipo a Morelos"
Su partida me deja una especie de desasosiego y tristeza, una reflexión sobre mi existencia, tantas promesas que uno dice que hará y que uno no hace en gran parte por desidia, soy acaso un NPC que se acaba de percatar de esa vehamente realidad. Se afianza el peso de los cuarentas y siente uno el frío del Otoño, las hojas empiezan a caer, como una especie de metáfora cada vez uno se cuenta de que la juventud no era eterna, como uno tendría por ilusión tonta de joven. Es este momento en que uno debe apreciar el bermellón, más eso no quita que tenga uno saudade del pristino e intenso verde, así creo yo Mestre Cipo con tanta energía y sueños, se adelantó sin oportunidad de mostrarnos el carmín de su existencia.
Capoeira está de luto, berimbau entristeceu... jogando no jogo da vida, M Cipo nao perdeu,
Salve Cipo donde quiera que ahora estés, si es que estás, lo que sí es un hecho es que una parte, mínima lo se, de ti seguirá viva en mis neuronas agitando esas curiosas rastas en una ginga maliciosa empujando con la mano la cortina que es la penumbra para recordarnos lo que es jogar bonito y su tiempo.
En una secuencia curiosa de cumpleaños comenzando con el de Iván, pingru, pasando por el de su servidor y terminando por el de Adrián, así aconteció este fin de semana de cumpleaños, le deseo otro año lleno de satisfacciones.