Soy el caos que esos ojos carbón domó con su encendidas llamas.
Soy el caos que el siglo XXI ordenó.
Soy el caos, cuya finitud guarda infinitud.
A veces por circunstancias al "azar" de la música nos recuerda cuan dejavus otras existencias, células que nos conformaron otrora y ahora son vagos recuerdos.
Al menos que Dios construya la casa, los albañiles laboran en vano
Al menos que Dios vigile la ciudad, los guardias velan en vano.
En verdad él no se adormece, ni duerme.
El guardián de Israel.
Me viene a le mente como curiosas palabras que recuerdan que algo acéfalo no lleva a nada.