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viernes, 31 de julio de 2015

Sargazo en el caribe mexicano

El caribe mexicano o la costa del estado de Quintana Roo es un "free lunch", como diría alguien más, que la madre tierra ha puesto a la disposición de sus hijos y eso incluye a los ambiciosos humanos. Sin embargo no siempre puede permenecer estático para aquellos ambiciosos que sólo ven dicho lar como una máquina de hacer dinero y no entienden lo complejo que puede ser un ecosistema pristino, como son las playas de dichos lares. Por esas fechas me tope en casi todas las playas que visité con una especie de alfombra verde ocre que hacía que las olas que estrellaban sobre la playa fueran impávidas, casí como una sensación de muerte, aunque todo lo contrario para los animales que viven de dichas algas, con su respectivo olor a putrefacción.

Quizás sea una manera en que la tierra recuerda a esos ambiciosos seres humanos, que lo que gratis vino, gratis se puede ir y que la tierra es un ser viviente para quien 30 años de desarrollo turístico que comenzó con Cancún y sigue como hongo por toda esa cercanía no es nada, un simple parpadeo. Así que si les da asco el sargazo o piensan que pudiera ser algo apocalíptico os dejo el siguiente video:



Más sobre el mar de los sargazos en la wikipedia

miércoles, 29 de julio de 2015

Una hermosa plática sobre comunidad e integración

El diablín o Ernesto para los cuates publicó un interesante video y que tiene mucho de razón, personalmente siento ser parte de una comunidad, cuando uno cultiva y cuida su entorno, la clave para muchas cuestiones es COMUNIDAD.


lunes, 27 de julio de 2015

De nuevo en la ciudad de México

Heme aquí de nuevo en la ciudad que me vió nacer y me acogió, heme aquí escribiendo desde la casa de mi mamá, otrora rodeada de otras casas, de jardineras cuidadas, de un ambiente residencial y de barrio, ahora quedan los rostros de tales casas y el cuerpo de un transvestido que deseaba ser esa casa, como aquel asesino que salió en el silencio de los inocentes. Banquetas irregulares y basura en cada esquina, me siento a momentos que soy de aquí y en otros que era de aquí. El simple orden en las calles brilla como si fuese un augurio de lo que sucede en el resto del país, un país sin orden, corrupto, adormecido por la amapola de la ambición. Es la decadencia, la que pareciera es la norma del momento y la regla de siempre. Llegue a estas tierras que se dicen mexicanas por el sureste y recorri su joya turquesa, una joya que la madre tierra nos ha dado el privilegio de observar y en nuestra regla hemos puesto precio, cortado las blancas playas de sus verdes cabellos y en su lugar concreto y empalizadas. Todo tiene precio y sin duda es un robo, pues la tierra prodigiosa no cobró por ella, miles de años hechos billetes para unos cerdos que quien sabe donde vivan. Los hijos humanos de esa tierra metáforas vivientes de un cuerpo tosco, torpe y flojo. Es este momento en que en mi tierra amada, que me dió el más grato don que es la existencia, en este constructo llamado México se rige por la enfermedad revolucionaria hecha institución.