Quizás exagero y puedo manejar para el cumpleaños de mi madre, de lejos envel péndulo un kafkafé y con la respectiva ventilación. Sin duda zorro le pone cierta incertidumbre por su necesidad gregaria y esta hasta ahora fue casi un suspiro de por poco contagio a mi madre y hermana, pues hace 7 días en la euforia de convivir fuimos juntos a Cuemanca, afortunadamente sin zorro. Toda convivencia al aire libre y con el coche ventilado, quizás como leí en caralibro de una amiga, las próximas reuniones sean en el campo o en el bosque, en un ameno picnic, pues es donde el virus languidece.
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