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viernes, 21 de febrero de 2020

La manta y el Fractal



Retomando rutinas, el domingo fui al gimnasio, entrené brazo, pecho, me bañé y hambriento, ya que no había desayunado, me detuve en una juguería dentro del complejo donde se encuentra dicho gimnasio de tres pesos, pedí un jugo verde, me acomodé en las sillas o silloncitos dispuestos y mientras bebía el néctar verde abrí el cara libro y comencé a ver las noticias que amigos publican. Una en particular deseé que fuese broma, la releí dos veces y mis ojos no daban crédito, mi cerebro caviló un momento y sentí ese balde de agua fría, la tristeza recorrió de mi testa a mis dedos. Seguía sin creerlo, me dije para mis adentros por qué Nacho, por qué, volví a releer la nota de su hermosa esposa y fui consciente de que si sucedió tal cosa seguro Nacho dejó este mundo disfrutando tanto de lo que hacía.

Me asomé en su instagram y vi las historias publicadas apenas unas horas antes, su última vista fue contemplar la bastedad de la tierra y un contorno caprichoso azul surgía entre esa inmensidad. Por un momento estuve observando tu instagram y di con una foto que recordaba le había dado un me gusta, tus muslos blancos sobresalían del agua, uno de ellos tenía plasmado un fractal y el otro una mantarraya, ambos narran lo inconmensurable y el recorrido de ese inconmensurable, aunque siendo estricto uno es mesurable  aleph 1 y contemplando esos chamorros, me vino a la mente los primeros momentos que coincidimos en este viaje.

Mas morros, recuerdo que la banda matemática nos organizamos y me invitaron a formar parte del rayo boreliano, recuerdo uno de los partidos y como el tiro del equipo contrario fue atajado por esos muslos duros y el balón disparado como trueno se dirigió a la cancha del rival, tengo que confesar que en ese momento quedé impresionado por menudo disparo, ya que en cierta forma nunca fui muy diestro en el fútbol.

Poco después del partido en la plaza de las palmeras platicamos de trivialidades como que tu te bronceabas como camarón al mínimo rayo de sol.

Como parte de dicha convergencia, poco después coincidimos en bodas de diversos amigos en común, incluso de las muchas fotos que en alguna tomé sales plasmado con tu compañera de vida. Eso me lleva a recordar el blog "Jime y Nacho" en blogsome y hablando de redes, sin duda muchas de tus publicaciones anti-peje eran un balde de agua fría, pero bastante atinadas en contrastar la borregada de tal momento, me gustaba mucho tu pasión por el mar y tu defensa absoluta por la vida marina. 

"Mijo" es la frase que recuerdo y también con ello viene la admiración que sentía por ser un matemático dedicado a dirigir proyectos, me viene a la mente la vez que se organizó tu despedida a Costa Rica, platicando tal vez de mi insatisfacción laboral y tus neuronas haciéndose voz diciendo por que no buscaba algo con mayor reto. Sin contar que me sorprendió como decididamente optaste por bajar de peso, dije si Nacho puede, qué pretextos puedo tener yo. Mis neuronas me traen otros recuerdos, quizás no muchos ya que no fui un amigo muy cercano, pero si fuiste un amigo que marcó varias cosas, entre tantas el coraje por vivir. La azarosidad hizo que una que otra ocasión nos topáramos por el globo de avenida chapultepec, tu montado en una bici, otra de tus pasiones, acompañado de tu bella esposa, yo bebiendo café con mi madre y hermana.

La tristeza baña mi cerebro como un cálido oleaje, pues observo otros amigos consternados por tu partida antes de tiempo, pero agradecidos por el agua cálida que fue tu amistad. 

Me gustaría imaginar que ahora agitando rítmicamente tus aletas nadas en la inmensidad azul del mar de Cortés y todo fue un sueño fractal que tuvo una mantaraya, que soñó que era un humano, que se llamaba Ignacio Aldasoro, que se casó con la mantaraya rosada llamada Jime, tuvo diversos amigos, entre tantos uno de ellos matemáticos, otros tantos ingenieros, que trabajo para Philips Morris, que buceó entre mantarayas, hizo ciclismo, viajó en moto...

No es un adios Nacho, es un hasta pronto.




viernes, 14 de febrero de 2020

En el cuarto piso y otros demonios

Qué ha sido de mi existencia en estos meses que solo he compartido sólo imágenes y uno que otro video. Narraré de lo más próximo a lo que mis neuronas recuerden.

Hipertenso
Tras algunos años de estar huyendo a dicho problema, finalmente tras un episodio de un fuerte dolor de cabeza por una muerte chiquita decidí empezar con el tratamiento. Este estadío en parte ha sido por pensar o escatimar en mi salud, abusar del sedentarismo de mi profesión y dejar de hacer deporte. Lo que me lleva a narrarles mi otra aventura.

SDM
En aras de las nuevas oportunidades laborales, mi carga laboral ha pasado de ser en cierta forma solitaria a una especie de coach de equipos de desarrollo de software, esto me ha llevado a tener interesantes experiencias de nuevo como ser una especie de capitán de equipo, lo cual lleva a trabajar un tanto con todas las bondades y miserias humanas: pereza, compromiso, locura, relaciones tóxicas. Ha sido tal la montaña rusa que he pensado seriamente en crear un juego de mesa que trate sobre las decisiones arbitrarias de ese demiurgo laboral y como afectan para lograr un objetivo.

Matrimonio
Ahora que estoy en el cuarto piso he pensado seriamente en contar el secreto tal vez obvio, sí tengo esposa, pero desafortunadamente no tiene senos protuberantes, sino un pecho mamado. Esto ha sido un tanto difícil, en particular en mi oficina y no por que pudiese haber una homofobia, mi jefe en la última visita a Dublín se llevó mi respeto al callar a unos colegas europeos del este que empezaron a hacer comentarios homofóbicos, personalmente para mi no es un gran tema, pero esa situación fue interesante. Más bien creo que es un asunto personal y que no encuentro necesidad de andar poniendo etiqueta, no dejo de ser hombre, no dejo de ser viril, sin demeritar otras sexualidades o formas de comportarse. Me gusta ese ambiente ingenieril y quizás no todos tengan la mejor empatía, lo cual es irónico, ya que muchos ingenieros son tan "homos".

Ojos negros
Pues tras varios años de compartir vida, mis ojos negros siguen inspirándome día a día, siempre es muy agradable sentirse amado y amar a alguien, aunque no se logró la meta de migrar al país de la hoja maple, diría que lo bailado nadie nos lo quita.

Homoflexible
En la penúltima boda y de hecho en una despedida de solteros de hace un par de años, ya enjarrado tiendo a tener comportamientos homoflexibles, como la inversa de muchos heterosexuales que se vuelven heteroflexibles. Quizás un remanente de mi pasado heterosexual o parte de la diversidad de comportamiento sexual.

A grandes rasgos estos han sido los últimos temas que quiero narrar, confío ahora que me he hecho de un teclado portátil retomar la costumbre de escribir.

p.d. Juegos de mesa
Me he obsesionado últimamente con patrocinar o hacerme de juegos de mesa, se ha vuelto mi pasión más reciente.

jueves, 13 de febrero de 2020

sábado, 8 de febrero de 2020

Come little children

Me he obsesionado con esta rola...

Come little children
I'll take thee away 
Into a land of enchantment 
Come little children 
The time's come to play 
Here in my garden of shadows Follow sweet children 
I'll show thee the way 
Through all the pain 
And the sorrows 
Weep not poor children 
For life is this way 
Murdering beauty and passions Hush now dear children 
It must be this way 
Too weary of life And deceptions Rest now my children 
For soon we'll away 
Into the calm and the quiet 
Come little children 
I'll take thee away 
Into a land of enchantment 
Come little children 
The time's come to play 
Here in my garden of shadows


Concierto en Fa menor

Interesante concierto para clavecín de los hijos de Bach

viernes, 7 de febrero de 2020

Despues de 20 años era Fischer

Hace dos décadas tenía el gusto por trabajar noche, bueno estudiar, y escuchar música antigua ennla radio y cuando escuchaba clavecín tenía a la mano un casette para inmediatamente grabar. En particular había grabado una que me gustó mucho, que va muchísimo. Hoy siguiendo la costumbre que he tomado de después de comer tener una siesta de dos horas y luego seguir trabajando. Le pedí a la bocina de Google que tocase música para clavecín tras un par de rolas di con esa rola que tanto me gusta y miren que busqué y busqué, pero nunca di con ella y mi casette se perdió para llegar a la época de Shazam y tecnologías parecidas. El autor de dicha rola es un clavecinista que en mi vida había escuchado: J. C. F. Fischer y la rola es Urania.