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martes, 13 de diciembre de 2016

La partida del apasionado lobo de la cobranza


Unos días antes quien observé las letras en la pantalla, mi jefe las había escrito, y quería que fueran todo menos lo que literalmente decían. La mente detrás de Champion Challenger iba a presentar su renuncia. Doce años atrás cuando entré a Inffinix junto con otros matemáticos, entrabamos a su despacho, los papeles desbordaban apilados en diversos muebles, el escritorio modular a la derecha y una mesa como de juntas a la izquierda. En una pared colgaba un letrero que decía: "Toda consulta será causa de cobro".

Nos sentamos Cibeles, la matemática de sonrisa casi infinita, por un lado y yo por el otro. Su cabello entrecano peinado hacia atrás y el bigote espeso, grueso, casi ejemplo vivo del soneto de erase un hombre pegado a una nariz, pero en este caso erase un hombre pegado a un bigote. La energía que desbordaba me hacia pensar que mínimo había bebido varias tazas de café bien cargado. Sus ojos se abrían como platos, como deseándonos trasmitir la emoción de la idea del campeón-retador.

Ilusamente pensabamos en que podríamos adaptar el programa a cualquier tipo de distribución para el muestreo e ir guardando a través del tiempo las "fotos" de la base de datos, obviamente aquellos registros que aleatoriamente hubiesen sido etiquetados de acuerda a una serie de reglas y que dichas reglas tuvieran un comportamiento normal para poder usar toda la parafernalia detrás de una variable aleatoria que se comportase o se distribuyese como normal. Supongo que él como actuario se emocionaba de tener a dos matemáticos dándole vuelo a las ideas, yo me emocionaba, sabía que por fin haría algo matemático tras varias semanas de estarme picando los ojos con algo no tan matemático como es aprender a programar forms de Oracle en las oficinas de Compusoluciones.

Los primeros meses de haber empezado a trabajar y sentía que por fin dejaba la comodidad universitaria para vivir la realidad laboral un pequeño adulto y no por la estatura, sino por que a esos tiernos años uno apenas comienza a entender y a la par no tiene uno ni la más mínima idea de la realidad global.

Debo de confesar que esta se ha presentado muchas veces de golpe y siempre me sorprende, hasta hace unos días atrás en un hotel de santa fé, escuchando hablar en inglés de los billones o millones que produce Cyberfinancial y Equifax, con un resfriado a cuestas curado por un mezcal para agarrar fuerza y entender la noticia: Quien en algún momento fuese aquel que trajese de nuevo esa emoción de hacer realidad sus sueños, ya que forms en mi otrora especialidad comenzó a quedarse corto y que ahora es mi jefe, también bebió un mezcal y tuvo el honor de ser el primero en dedicar unas palabras a Carlos Rodríguez, su voz por un momento pareciera que se apagaría por el mar de emociones y no era para menos, en parte él estaba ahí en ese momento, tal como yo estaba observando hasta atrás, por que dicho lobo de la cobranza había creído en su capacidad para cristalizar con bits esos sueños de un sistema que automatizara la cobranza y que tuviese el soplo del estado del arte en software.

Los aplausos de todos y cada uno de los que contribuimos a tal software me trajeron de vuelta a la realidad. Caray me dije ahora soy parte de un conglomerado que pareciera no tuviese cabeza y ahora una de las cabezas que guiaba esa quimera engullida por un monstruo anunciaba su retiro parcial.

Suavizaba su discurso mencionando que deseaba que tal empresa cobrase vida y no dudo que ese fuese su deseo, pero en el fondo sé que él hubiese preferido otra realidad donde la empresa no solo cobrase vida, sino devorase otras empresas sajonas mostrando la relea mexicana.

Y es esa la aparente verdad que he descubierto con mi "special one" ahora que buena parte he vivido en el país de la hoja de maple: Equifax es un rostro del Caribdis que controla el mundo y el destino de miles de personas, conforme llego a la cuarta década esa es la cruda sustantividad con la que me he dado frentazos. Así como empleado del sector 7-g veo lejano el parloteo en inglés de Laurence contra el otrora cálido y franco hablar castellano de Carlos Rodríguez.

Anécdotas puedo hablar muchas, pues casi la mitad de mi vida he trabajado para Inffinix, puedo mencionar la primera vez que lo acompañé a resolver un bug a FIRA, su impetu no era exclusivo para hablar sino también para manejar. También me viene a la mente tratando de resolver un bug directamente en consola, cosa que no tenía experiencia, pero que él me vendía como la persona con tal y no pudiendo borrar el código, me pasó de inmediato la orden stty erase. A mi favor pudiese decir que era matemático, no ingeniero en computación. También dicha calidez se mostraba cada vez que me invitaba a pasar a su oficina para hablar de la cobranza o de los planes de Cyberfinancial o de la próxima reunión de usuarios. Entre pasillos me viene a la mente en aquellos años lo contrastante de su amable actitud hacia los desarrolladores de quienes no era jefe directamente contra la actitud llamada de gorileo o el famoso Antoooonio, curiosamente el gorileo y el Antooonio fueron dos de las tres personas que dieron discurso de despedida a dicho lobo.

-Goffas tienes 5 minutos- la típica frase que en algún momento me toco escuchar de su parte casi a las seis en punto, en mi caso sin ningún problema, pues raramente entraba a las nueve de la mañana, muy por el contrario de los consultores quienes sufrían tal y como si de picante se tratase lo platicaban con una mezcla de dolor y deleite.

Verlo volar como portero para detener los goles del encuentro amistoso entre HSBC y Inffinix, sin duda no daba crédito dada su figura no muy alta y tampoco muy delgada: otro efecto de su desbordante energía. O en junta en su oficina arrebatando la pluma que servía de consuelo para liberar el estrés a Martin, una energía desbordante casi disciplinante contra una energía más calma. O yendo a buscar a Angel Montaña mi otrora jefe para en un duelo decidir las prioridades y que sí y que no era factible para que los constructores de Cyber programásemos. Así fluyen más anecdotas y siendo sincero se me pinta una sonrisa y como dijese Martin amerita de nuevo otra paella en su casa de con los tres que formaron Inffinix software bebiendo y comiendo con sus guerreros y magos como si una especie de comunidad de un software de cobranza para gobernar a todos se tratase, algunos como mi coetáneo jefe o yo con los efectos dionisiacos desbordándonos.

Pero tal se ha quedado en lo que ya fue y ahora el hecho innegable es que me invade cierta tristeza por su partida, tal como sucedió con la de AMS y XMM. Así deviene el futuro y en cierta forma supongo que debo asumir la realidad del iniminente cuarto piso y mostrar la madera, como de alguna manera siempre lo he hecho, la calidez seguirá, pues humanos somos y estamos destinados a emprender y conquistar, algunos como guías otros como ejecutantes y otros menos como sombras asesinas. -creo que devení en algo muy fantasioso- Como decía los humanos somos gregarios con diversos roles en pos de una empresa, a las tropas nos duele la partida de un general y más si este es una inspiración, pero pareciera que esa es la naturaleza social del hombre y eso es lo que permite que surjan nuevos héroes o leyendas.

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