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viernes, 27 de diciembre de 2013

Ítaca

Ítaca, Kavafis.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas

Ya había publicado el poema anteriormente, las circunstancias de la vida me hacen de nuevo desear publicarlo, Mestre Acordeon ha pisado lares mexicanos en su viaje a San Salvador de Bahía en Brasil, de las muchas cosas que hizo en nuestro país, sólo pude ir a una clase muy al sur de la ciudad de México. Me da gusto verlo sano y fuerte a sus casi 70 años, sin duda es un humano que inspira lo que uno quisiera ser forjado o llegar a ser forjado a dicha edad, acompañado de la Mestra Suelly, supongo el amor de su existencia, y otros alumnos de su academia pareciera que el fuego que centellea en sus orbes ha inspirado a otros capoeiristas más aplicados del grupo a emprender el viaje y por esa razón volví a pensar en el poema de Ítaca. Qué preciada es la libertad cuando la mente rompe toda prisión y el cuerpo ejecuta dicha libertad. La vida cambia o es acaso que nosotros cambiamos, más nuestra mente muchas veces se niega al cambio.
Sobre el trabajo puedo decirles poco, pues en realidad no hecho nada, será que acaso espero el fuetazo para andar cuan percherón, so protexto de vpn que no sirven pareciera que me niego a codificar.

No sé si lean mi blog los capoeiristas a quienes tengo por amigos, si es así les deseo muy buen viaje, recuerden que Ítaca los espera...


Otra versión del poema en: www.pixelteca.com

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