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sábado, 24 de marzo de 2012

El diablo solteritito deja de serlo para ser casaditito

En términos laicos el título está mal, pues desde diciembre dejó de serlo, pero venga en este mundo donde el papa viene a nuestra tierra a dictar órdenes, canonizar asesinos, digo santos, y proteger pederastas. ¿Por qué no tomar como buena la bendición de un sacerdote? Uno de mis pocos amigos de la oficina, de la camada que otorgó sus servicios a la empresa que me tienen engrilletado a partir del 2004, unió su intención de formar una familia y vivir el tiempo que nos permita nuestra genética a lado de otro humano. Me refiero a Ernesto y Gabriela, quienes bajo la bendición de la sociedad mayormente católica, como nuevos esposos. La boda estuvo amenizada por las clásicas rolas propias de la boda, una comida de antojitos mexicanos y pasteles sabrosos hechos por su hermana Helis. Lo más importante, la emoción de amigos, familiares. Los amigos de la exoficina y la Big Bang Theory a la mexicana. Sea este medio para desearles mucha felicidad a nuestro querido White and Nerdy, señor de los infiernos, Ernesto y su esposa casamentera Gabi.

jueves, 8 de marzo de 2012

Suerte

Estas dos semanas he tenido una suerte curiosa respecto a encontrarme dinero tirado en la calle, ayer me encontré un billete de 50 pesos y el sábado, me parece, me encontré un billete de 20 pesos.

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El mes de febrero se ha ido como agua, siento yo que no hecho mucho, ni siquiera he fotografiado mucho. Lo que sí he hecho mucho es jogar capoeira, aunque siento que no estoy dando el 100%. El fin de semana me quedé totalmente desconectado, vaya sea el voto al diablo por el exceso de pago. Pude escuchar muchas veces un cd con música para clavecín interpretado por Gustav Leonhardt, tuve oportunidad de leer, sin embargo no lo hice. Para la inspiración onanista recurrí a mi disco duro y después de la euforia me percaté de muchos libros que bajé, quizás debería de retomar el seguir haciendo ejercicios de teoría de juegos. Saben me siento a veces sin sentido, quizás el único sentido sea dejarme llevar por el mar humano y como concha divagar en las mareas.