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miércoles, 11 de marzo de 2009

Nausea a mediados de semana.

Por fin tenía toda la intención para matar, bueno en términos coloquiales, ese caso creado por mi, asignado por mi y resaltado o notado por el cliente de voz golpeada y gangosa, bueno en una simplificación compleja, siento yo que los norteños hablan cantado, golpeado y le meten algún grado de gangosidad - en el caso de los hombres - a su timbre de voz. Dicho cliente es ahora mi referente visual de Norteño oficinista: alto, medio moreno, barba de candado, gorra de dos equis lager con destapador y panza chelera. Mero estereotipo para referentes visuales-humanos o qué uds. no tienen alguno. Seamos sinceros, que imagen les viene cuando piensan en un Jarocho, por ejemplo.

Como os decía pretendía terminar el mentado caso - orden de trabajo, deber oficinil y demás definiciones de tareas pendientes del "trabajo" - que consiste en revisar si el consultor puso en el mapeo de campos el tipo correcto, la lista de valores correcto, ver si el desarrollador lo programó, corregir en dado caso de que alguno de los dos no haya hecho su trabajo y, como consecuencia, lograr la felicidad del cliente con su aplicación, además de un peine de oro para el dueño de la empresa. Dada mi pretensión fallida, al menos por el momento, pues por algo estoy plasmando una nueva bosta. Os adelantaré sobre el fabuloso viaje de Saffog en tierras del progreso y primer mundismo mexicano. Tierras donde uno come cabrito, habla como macho -si, señiooorrr -, come carne a toda hora, tierras donde la macroplaza emerge en una combinación ecléctica de paisajes urbanos, donde podemos ver un caballo a usanza de Botero convivir con caballos a usanza clásica, tierras donde les diría: ¡¡compi, vamos a tecatear!!
Así es la osa o mejor dicho: así fue la osa, ya que por cuestiones de credulidad y confianza del consultor con la aplicación que instala, vuestro dedicado servidor viajó junto con su varita mágica - que si los albureara no usaría diminutivo - para tocar las computadoras y hacerlas funcionar en una desbocada sinfonía. Me viene a la mente una especie de musical en donde los clientes en traje de pingüino y unas cobradoras de "call center" en traje de noche aca sensualon terminan bailando felices por que la malvada aplicación Cyberfinancial fue domada. -Diantre solo llevo dos expresos-

La alegría ceja, cuan ola estrepitosa se retira dejando detrás los escollos de la realidad, aún así he de viajar a lares sureños y plasmar mi rostro sobre el papel, tachonear papeles... Curioso debiera fluir al punto Nemo.

01.44

Esta factura no trae el código postal, no te la podemos tomar en cuenta, las comidas y los gastos del seven (pasta de dientes y un cepillo) tampoco - dice una voz femenina afable.
Por quedarte en Monterrey una semana sin previo aviso tampoco - completa mi mente la frase de dicha voz aguda y continúa.

Ajá, ya me imagino yo en pleno estrés con el cliente diciéndole: ¿vas a ir al centro comercial a comprar comida? Me pides factura y revisas que todos los datos estén correctos.

Los procesos son el refugio de la estupidez, los no procesos son faro de la imbecilidad. ¿Qué soy imbécil o estúpido? Por un lado viajo a Monterrey a resolver una imbecilidad por no seguir un proceso y por otro lado no recupero mi dinero por que cometo la estupidez de creer que viajo de manera no planeada y el proceso de viáticos puede ser más holgado conmigo, así como yo fui holgado con mi tiempo y disposición para viajar de manera urgente para resolver algo en beneficio de la empresa que, a final de cuentas en este benevolente sistema capitalista, paga por mi trabajo, aunque el dueño del capital se lleve una exponencial ganancia a comparación de lo retribuido por mis horas de quemar neuronas en favor de Info.

Y uno de los dueños del capital me ha librado prometiendo 3 horas de no exclavitud para que me plasme en foto.

Esta bosta si fuese un plato de comida causaríame nauseas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que alegria volver a leerte despues de casi un mes. Cuando viajes recuerda que no estas solo (por ejemplo en mty pudiste visitar a mi hermano).

Que tal la vida en un hotel? espero que al menos te dieran hotel y avion.

Saffog Tochtli dijo...

Si la apatía es pesada, pues no me sentí solo, mas hubiese sido chido haberme ido a chelear con tu hermano en martes y no solo jajaja igual y así no hubiese perdido mis lentes. Es bonito Monterrey, si me cambiase de ciudad me gustaría Monterrey, claro viviendo por la Macroplaza para no perder la costumbre. Ahora que lo pienso, supongo por qué tu hermano le gustó Monterrey, hmm esas regias glorias revoloteando por el barrio antigüo... con esas envolturas tan diminutas jajaja! Respecto a la vida en hotel, pues no me puedo quejar fue un hotel de 4 estrellas y te daban buffet de frutas y galletas al desayuno. Realmente me gustó viajar... ps ya os contaré más en una bosta o personalmente cuando sus falanges más alejadas pisen suelo chilango!