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miércoles, 26 de septiembre de 2007

Debraye después del café...

El café enerva mis dedos, condenado a estar aplastado sobre una silla, condenado a ver un pinche monitor que apesta, sin libertad, sin RED, sin videos, simplemente una parte de la RED lo demás pantallas rojas emulando el infierno por ver lo prohibido. Quisiera romperla la madre al primero que se me pare enfrente, quisiera su mandíbula besar con mis nudillos. Un riesgo correr, sentir como la muerte próxima a cortar mi cuello.
[Oye gooffas sabías que no hay escalamiento en el bei010 a legal]
Agarrar la engrapadora y plasmarla en un cuadro instantáneo en el vidrio. Observar el asombro y miedo, mientras uno a uno los pedazos de vidrio agonizan chocando contra el piso. Sus voces cuchicheo. Dos cafés emulan cerveza, dos ojos terribles del demonio que cómeme, saborea lentamente mis visceras, aguarda mi corazón para servirse en la tercera entrada. No hay alguien traiga la llave, es un simple candado complejo. Se acerca la hora múltiplo de un número por si mismo. Ya no hay juego, ya no hay reto, solo escucho a los torpes changos gruñir y en tono cantadito llamarse como toros castrados.
[hay una pinche tabla...]
Que no puedes abatir la puerta sin azotarla, os sentis un selecto del dinero por que os quedáis más de lo debido. Anuncias como logro la ineficiencia de tu tiempo, enarbolas la lanza de la pendejez. A un paso estás del patrón normal. Sonríe te lo dice un anormal. No tengo dos bolas adecuadamente grandes para tomar un papel y firmar la renuncia. Carezco de tales para ser una sombra recorriendo el camino a lo desconocido, he armado de nuevo esa caja con diez dígitos, qué tan difícil puede ser emprender con los fémures un viaje sin seguro retorno, solo surcar el país, sin dirección, con lo que lleve en la bolsa.
[Rocío ya no regresa - dice alguien mientras observa inquisitiva su reloj y pregunta]
Por no presumir lo vivido, considérome un estúpido, somos macacos sofisticados, nuestros gestos pueden decir bastante. No me muestro como un maestro, mas tampoco cuan ignoto ridículo.

Soy un emisario de la risa, mi mayor sustento es la emoción, mi contento la sonrisa, mi desvarío las lagrimas. Una improvisación, no la esperaba del libreto, y eso que es un ejemplo de aleatoriedad, será parte o abandono de la sinapsis. Sea lo que fuere de toda suerte lloraré o reiré, pues soy un humano detrás del vidrio, contemplo con ira y niégome a ser educado, no me senteré, ni pegaré mi espalda a la pared, muera de hambre o muera de sed.

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