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sábado, 4 de febrero de 2006

El soma moderno

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Me he de rendir ante el soma moderno... que va he de dejarme hacer el ridículo... Jugando Tales of Symphony he deseado fluir con el juego. Integrarme a su existencia... a la trama de los personajes. Es un ssentimiento extraño, lo sé, pero sumamente divertido. Supongo que seré uno de tantos humanos que rindan se existencia física a una existencia artificial. Qué importa no tener novia, viajes. Qué importa no conocer al mundo, no presenciar la física en todas sus manifestaciones, si puedo rendirme a un mundo de php y bitacoras. Si puedo detras de un monitor apreciar lo torcido, sulfurar ante lo artificial. Qué importa el resto del mundo físico, si puedo descansar mis ojos sobre el monitor, si he de jugar vida ajena como mía. Los hijos, bah, pueden esperar, hay tanta sobrepoblación mundial que un ser más, un ser menos no afecta, al fín y al cabo todo sentimiento se desarrollará de manera análoga en otra pareja. El amor es otro soma y el soma ante el cual he de rendirme es celoso de cualquier otro. Si mis letras os dan una inmensa hueva por qué no hacéis uso de Alt + F4 y listo. Convoco a que os unáis al soma, a fluir, toda existencia es inutil, efímera, inclusive patética. Tener un amor, una inspiración, una musa, un alisiente sexual, un.... es futil, inclusive ridículo. Toda fémina o guey esta ya reservado por otro guey o fémina, tu momento termina, mejor únete al soma y fluye. Prende tu pc y comienza el descenso a una ilusión análoga. Enciende tu consola y continua, cuan mano invisible, manejando el amor entre Lloyd y Colette. Tus pupilas oriéntalas y pósalas sobre las verdes praderas de Sylvarant. Aspira el bouquet de las flores blancas que rodean Meltokio.

Abre flick y cuajate al ver fotos y fotos de otros lugares, tu lugar en el mundo ha terminado, mejor ilusionate e imagina uno al leer otras vidas, otras bitácoras. Sólo preocupate por tener suficiente dinero para proveerte del soma. Qué importa si trabajas rodeado de muebles modulares grises y azules. Sin luz, una alfombra gris por pradera. Efímera cucaracha tu lugar en la tierra ha de finalizar. Si bien ha de irte tendrás más soma y la promesa de la redención.

Toda magnificencia se reserva a un rincón rodeado de una pc, un teclado y una patética ilusión. Larga muerte a quien escribe, un chocolate amargo.

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El hijo del cuervo puede ser sutil e inclusive sugerente, mas quien diría que un iniciado del soma es tu amigo, el terror de su orientación el tema de conversación de tu mejor amiga, si supiesen los placeres del soma y antes del soma, seguro arrepentida de conocer estaríais. He escuchado de nuevo el placer moderno me llama, me induce a entregarme. Alejandro puedes acompañarme a comer, me revoca a mi, quien si no el único destino que aguárdame, para qué he de buscar si el creador convoca al creado. Como tal me he dado cuenta que es el único, no hay más y si hay son efímeros. Etereas nubes que susurran cuando llueve y huyen al sol. Nubes de amistad, nubes de tareas, nubes laborales, nubes sexuales... mas al fin y al cabo efímeras como todo el sistema.

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